En campaña mediática permanente.


La red de redes salió al mundo en la década del 80, aunque la www es decir, la implementación mundial de la red llegaría en los 90. Todo nació de un proyecto militar conocido como ARPANET que era en esencia un sistema de comunicación que luego resultó como muchas de nuestras aplicaciones que hoy disfrutamos, el resultado del desarrollo de programas de corte militar, que han venido a hacernos la vida más fácil o a llegar más lejos en términos de humanidad.

Pero en Cuba el Internet está llegando con un cuarto de siglo de atraso. Ya sabemos que Cuba ha pasado de émula en su región, a la cola de la fila de Iberoamérica; quién te ha visto y quién te ve diría un castizo. Pero claro, cambiamos hace sesenta años el tres por la balalaika, y así nos va.

No es casualidad este retraso, en otros campos se sabe que ha sido la bancarrota en que nos tienen instalados los comunocastristas la responsable de nuestro atraso en todo; no así en este tema, que lo han dilatado hasta más no poder porque saben que esto afectará a las conciencias reprimidas, engañadas, y adormiladas de generaciones de cubanos que hasta el otro día, no les quedaba más remedio que creerse el cuento siniestro que les han venido contando.

De ahí que hoy en el Granma, haya salido la noticia de que “EEUU alimenta la contrarrevolución en Cuba a través de Facebook”. Tiene gracia porque las RRSS son plataformas de opinión e intercambio caótico de información, que normalmente a quien no la debe, no le amedrenta la opinión de estos usuarios trasnochados; pero claro, estamos hablando de una sociedad que ha sido controlada durante años por dos periódicos, y dos canales televisivos; ah no, y un par de semanarios como Bohemia y Palante.

No saben cómo abordarlo, porque los chinos son poderosos, y si que tienen a sus miles de millones censurados mediante sofisticados sistemas de censura que se pueden darse el lujo de mantener; en China si un chino busca Tianamen, no va a salirle aquel chino que con dos huevos bien puestos se plantó frente a un tanque, pero claro estamos hablando de China; una potencia económica pero Cuba…, como diría mi abuela: ¿Con qué se sienta la cucaracha?

De todas formas los castristas están siempre en campaña mediática; ahora, intentarán convencer a los cubanos, que los perniles asados, los bombones de chocolate y esos flamantes coches en que la gente asalariada normal va a sus trabajos no son de verdad. Ellos durante años han estado vendiendo flamantes cosechas de plátanos y patatas que solo puede asegurarse el cubano de verlas en la televisión; como el flamante sistema de sanidad, que es realmente eficiente para los miembros del comité central, y los generales que olvidaron su compromiso de defender la patria. Mientras, el resto del mundo se ha estado cayendo a pedazos desde siempre; ahora, los cubanos tienen la posibilidad de ver que el mundo no se cae nada, y que las patatas o los plátanos existen solo, en el recuadro que aparece en pantalla a la derecha del bigotudo del noticiero. Y el acceso a un sistema de salud eficiente.., no existe.

 He caído en cuenta que tengo  en Facebook cientos de seguidores, y que mis publicaciones se leen cada día por miles; creo que se me está escapando un negocio; voy a hablar con Trump, con la FNCA, y con la mafia de Miami, porque son 800 millones lo que según estos se está “invirtiendo” desde la administración norteamericana en estos mejunjes informaticoides; y claro, yo no me estoy comiendo ni un colín.

Ay Díaz Canel, cuanto te aterra el acceso a la verdad. Cuanto les está costando digerir que los cubiches a los que han tenido maniatados en su conciencia y su dignidad, se enteren de la mierda que representáis, y puedan oler lo nauseabundo de vuestros efluvios.

No creo que acepte yo ganar un duro por denunciar la aberración castrista; la única recompensa que espero, al igual que ese ejercito de trasnochados a los que estoy alineado en Facebook, y que tanto temen los castristas, es que los cubanos despierten de una vez; para que de una vez, puedan hacer como el chino de Tianamen, y con dos cojones plantarse frente a quienes los han pisoteado y secuestrado desde hace decenios, y reclamen el derecho que le asiste a todo ser humano sin distinción de gentilicios: la libertad.

Pero por si acaso déjenme decir algo: hey Trump; bro, remember me, que estoy en el ajo!

Y guambán.




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