Día Patrio.
Hoy, a un día de haber asistido a un acto de protesta ante
los representantes de la castromafia en Madrid y después de leer un poco en
RRSS y opiniones varias de amigos, enemigos y mediopensionistas, me decido
recargadas las pilas de un cuerpo que terminó molido en términos físicos pero
pleno en espíritu, a darles mi versión del pasado 26 de enero.
Hablaré a título personal, -lo digo por aquello de las
posibles reclamaciones a terceros-, así que asumo en la persona que soy hoy,
toda la responsabilidad de mis palabras.
La noticia de que se estaba organizando una protesta me
llegó como llegan casi siempre las cosas de los cubanos. Alguien me dijo que
alguien le había dicho que iba a protestarse contra el castrismo. No lo tomé
muy en cuenta pues ya se sabe que debido a lo variopinto del mundo opositor,
siempre hay alguien que lo mismo te intenta convencer de reclamar derechos para
los cocodrilos de la ciénaga que promover la anexión de Cuba a España (esto
último no es broma).
Con los días amigos cercanos me siguieron repitiendo la
noticia. Entonces la contrasté y mediante algo tan útil como son las RRSS pude
enterarme sin tener que pedir audiencia a nadie del lugar y la hora. Supe de
que se estaba organizando bajo el lema: Ni1+ lo que traducido vino a ser: ni un
año más de castrismo; aparte se colarían un par de consignas más pivotando
sobre el mensaje central: yo voto NO (con relación a la reforma de la
constitución) y otra: No + prohibidos (con relación al filtro castrista de los
cubanos que pueden o no entrar a Cuba).
Había según fui adentrándome en el asunto en mi intención de
asistir, -relacionado con los contactos que fui estableciendo para cooperar con
la concentración-, ciertas dudas; me encontré con opiniones tan diversas como
dispares. Reticencias por los convocantes, renuencias a favorecer liderazgos,
utilidad del mensaje escogido, hasta alguien llegó a decirme que eso lo
organizaba la DSE. Doy gracias a Dios a este exilio que me ha permitido
comedirme y rebajar mi natural impaciencia gracias a haber aprendido aunque no
tanto como me gustaría a comedirme frente a la opinión de otros cuando no
concuerdo con mi interlocutor.
Puedo confesar hoy, después de haber cumplido con lo que
consideré un deber de cubano opositor, que solo comulgaba con el primero de los
tres, aunque al termino de la jornada terminé con un dolor de garganta de
gritarlos todos por igual frente a la cara de los representantes del
castrocomunismo que tanto desprecio.
Del primero nada que objetar, acaso que si hubiese sido
posible aunque fuese por arte de magia hubiese promovido en vez de año, día. Y
es que cada día en la vida de un cubano preso por el castrismo es un infierno;
pero bueno, del lobo un pelo.
Ya lo de que voto No, no me convencía. Mi criterio particular
en esto de las convocatorias electorales como en cualquier tipo de convocatoria
castrista es no acudir. La única manera de invalidar el éxito de sus monsergas
es dejarlos solos porque si acudes, digas o hagas lo que sea, será
convenientemente utilizado a través de un baile de cifras que maquillarán a su
favor en cualquiera de los supuestos. Esa fue la razón de por ejemplo nunca
doné sangre hasta que salí de Cuba porque hasta eso lo utilizaban para reclamar
las virtudes del hombre nuevo, hombre que yo no estaba dispuesto en ningún caso
a representar.
El tema de los no +prohibidos. Que decir cuando tantos
cubanos no aceptan que el exilio no es premio sino condena que ha de asumirse
para que pueda así florecer en él, el compromiso con la causa de libertad; y
que regresar a Cuba debería ser solo tema de fuerza mayor pues bajar la cabeza
ante el tirano que te forzó a dejar tú tierra y encima llevarle el fruto de tus
esfuerzos, es denigrante en términos de humanidad. Que aunque no soy capaz de
juzgar a nadie, me evito personalmente la tentación al no tener físicamente un
pasaporte castrista.
Pero aun así, con todas mis reticencias, con todas mis dudas
humanas y razonables cogí temprano el camino para estar ahí; y sin ser uno más,
fui uno más por Cuba. Porque por encima de cualquier diferencia o reticencia
estaba el deseo de denunciar el dolor de mi patria enmudecida.
Así fue como la jornada terminó con un alivio en el corazón
y una camaradería entre quienes habiendo cumplido con la patria nos dedicamos
como buenos cubanos a reír, a beber, a vocear a la vez intentando lo de
siempre, prevalecer en el criterio personal. Yo fui uno más; aunque eso sí,
aliviado por haber comulgado con aquellos hasta ese día desconocidos, en el
deseo de libertad.
Si el castrismo sobrevive es porque los cubanos de fuera no
hemos sabido encontrar estos espacios de encuentro. Limitarlos por cuestiones
de liderazgos o criterios ideológicos es tener la vista demasiado corta para
alguien como la historia que tiene las piernas largas y que al final sitúa todo
y a todos en su sitio. Mantener hoy en sitios estancos no comunicados el
movimiento opositor cubano es una miopía de marca mayor pues el protagonista
del cambio es la masa que espera ser levantada y a la que solo podrá
despertarse si se le habla con determinación, con coherencia y a una voz por
parte de quienes estando de este lado, solo podemos aspirar a ser levadura.
Gracias a los cubanos por ese día de sábado. Al menos es lo
que diría una Cuba agradecida mirándolos reclamándola libre por medio mundo… si
no estuviese amordazada.
A seguir.
Muchas gracias! Estuve en la marcha y estoy totalmente de acuerdo con el texto del post!
ResponderEliminarViva Cuba Libre
#Ni1+
#YoVotoNo
Una y mil veces Viva.
EliminarGracias a ti. Muy inspirador, me identifico plenamente
ResponderEliminarGracias Guille, ahora a seguir la rima.
EliminarBuen post como los que estoy acostumbrado a leer.
ResponderEliminarGracias K por estar siempre, créeme que anima a seguir.
EliminarMuy bueno....esa protesta despertara conciencias...se sumarán cada día más, porque cada día iremos desmontando el castrismo, lo mismo dentro que fuera de Cuba
ResponderEliminarAmén.
ResponderEliminarMis respetos! Excelente!
ResponderEliminarGracias hermano.
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