Castración ciudadana.
Hoy se está debatiendo la segunda
lechada a la constipación, digo, constitución castrista de 1976.
Diáz Canel, y los castro -que lo mueven tras bambalinas-, están
decididos a venderle al mundo que ellos están por el cambio. Son
muchos los ignorantes extranjeros que les creen,- cosa normal-, no
así tan normal como en el caso de los insensatos cubanos que están locos por caer en
su órbita putrefacta otra vez, con tal que les dejen comprarse una casa o
poner un paladar. Uno de los puntos que cacarean de manera capciosa,
es el tema de la ciudadanía.
¡Ahora se podrá tener “doble”
ciudadanía! Resulta gracioso esto de que los van,- noten que no me
incluyo-, a dejar tener multi-ciudadanías. Después de lo de
Camarioca y Peter Pan, durante muchísimos años, el cubano de a pie
no supo que era un pasaporte; por otra parte, algo que tienes que
tener desde que naces. En Cuba ese documento no existía a ojos de la
población; pero claro, como iba a existir lo que es simplemente un
documento expedido por un Estado que te reconoce como ciudadano con
todos los derechos y libertades que implica, o la obligación de
protegerte y asistirte cuando estás fuera de tu país.
Los cubanos no teníamos pasaporte
porque sencillamente no se nos permitía viajar a ningún lado; pero,
¿cómo íbamos a viajar fuera si eso no venia en la “libreta” de
racionamiento? ¿a quién iba a ocurrírsele que quienes nos
consideraban “masa”, iban a reconocernos derechos recogidos en la
declaración universal de los derechos del hombre? Los únicos que viajaban, los que
siempre tuvieron la posibilidad de almacenar dineros fuera o que sus
hijos estudiaran en universidades extranjeras eran los afines al
poder castrista; por otra parte, co-responsables del desgobierno y el
sufrimiento de Cuba.
Y es que un pasaporte implica un
concepto, una definición que nunca fuimos ni somos aún; porque
aunque hoy, muchos cubanos tengan su cartilla azul y algunos hasta
salgan fuera; hoy, a los estudiantes de medicina de 2do año se le
está haciendo comprometerse con el plan que les tienen preparado...
o no salen ni a la esquina.
En la constitución que están
maquillando podrán poner lo que quieran para engañar a los cuatro
idiotas que se quieran creer el cuento. Al final, te vengas con uno o
con tres pasaportes, dentro de Cuba te considerarán cubano; y te
aplicarán si fuese necesario, la ley vigente que es lo mismo que
decir, que estarás a merced de quienes ni creen en la ley, ni en la
justicia, ni en la p... madre que los parió, y que han demostrado
visto lo visto, que nos tratan, como si fuésemos perros.
Los castristas aspiran a que los que
tuvimos que irnos, ahora regresemos a llevarles el fruto de nuestro
trabajo y tesón de tantos años. No sé yo el resto de los millones,
pero en mi caso, que el esfuerzo ha sido doblemente doloroso por
haber tenido que realizarlo desde el sufrimiento por la separación,
y el daño a una cubanidad desdibujada de tantos tumbos
por medio mundo, que ahora me digan quienes me han provocaron todo
esto, que aquí no ha pasado nada; pero además, que regrese, les
lleve mis dineros, y encima me ande callado... Vaya, no puedo
imaginar indignidad mayor en un ser humano. Y no me refiero a los
castristas, sino a los cubanos “repatriados”.
Si de algo nos ha servido el exilio, al
menos a quienes hemos sacado todo el rédito posible en términos de
educación cívica, es que nos ha enseñado a ser libres, a saber que
los Estados están para proteger a sus ciudadanos desde el día que
así los reconocen dándole un pasaporte. Pero un pasaporte cubano no
expresa ciudadanía, porque no garantiza ni protección, ni derechos
frente al estado; sino mas bien obliga a la sumisión, y la cesión
de tus libertades, de tu dignidad humana, de tu decoro.
Pasaporte cubano... ciudadano castrado.
Pasa perro, bienvenido a tu casa.
Pasa perro, bienvenido a tu casa.
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