Cuando se acaban las opciones.

 Alguien cercano a mí, que me ha observado durante años berrear por Cuba mirándome como mira un cangrejo arropado en su concha a su paisano al que la suya ya no le sirve y acojonado vaga por el arrecife buscando una nueva acorde a sus necesidades ya imposibles de satisfacer para el viejo cascarón nacarado, me ha dicho que con todo esto del Movimiento San Isidro (MSI) comienza a sentir optimismo por el cambio. Confieso que a mi me sorprendió su entusiasmo y honestamente hablando me ha dado un chute extra de optimismo porque sé lo difícil de convencer del mencionado en cuestión, así que algo debe estar pasando de diferente como para contagiarle el entusiasmo que a mí, a pesar y desde una ventaja ascendente, me había sido difícil contagiarle hasta hoy.

El castrocomunismo etiquetó al arte como a todo lo demás. La Cuba de la guaracha y el bolero que obligó a Nat King Cole o a Frank Sinatra a cantar en español desde su influyente posición en la cultura mundial dio paso a la receta esteparia adaptada al clima caribeño que estos malnacidos planificaron en las oficinas del Kremlin y claro en ella dentro de los ingredientes junto al peso cubano, los medios, la empresa o la educación, también se encontraba el arte como parte del plan maquiavélico que los castro concibieron para los cubanos desde un odio enfermizo a la cubanidad, que es la única manera de explicar tanta animadversión y malas intenciones para con Cuba y sus gentes asumiendo visto lo visto después de sesenta años de experimentos controlados, que lo que ha dado la empresa castrista han sido unas pocas familias desorbitantemente ricas y todo un pueblo en la miseria y la desesperación.

Para desesperación la de los artistas porque no les obligasen a componer más "sueños de una noche de verano", así se fueron juntando por pura supervivencia hasta llegar a este movimiento que no es sino una expresión del cambio de mentalidad que está ocurriendo en un país donde un desgobierno sinvergüenza y sin vergüenza, pretende que los cubanos sigan amaestrados y aplaudiéndoles como focas aunque ya no haya pelota que los entretenga, ni pescado de consolación.

La mafia castrista sabe que el final de su aberración es una verdad incontestable que solo Dios y el tiempo manejan en términos cronológicos. Para ellos hoy su única preocupación, es cómo van a esconder los dineros que por millones atesoran en el extranjero, sabiendo que ni Suiza tiene ya derecho al silencio en términos bancarios y que además, ya hay antecedentes de embargos financieros por corrupción a ladrones de esta categoría. A ellos todo lo que pasa en Cuba les importa poco y todo lo que hacen en términos de represión y coacción, es solo porque les aterra que no les de tiempo para acomodarse. Porque sí, están cagados y que hayan reactivado las marchas y manifestaciones es la prueba de la debilidad que ellos reconocen frente a un pueblo que puede despertar de la hipnosis en cualquier momento.

Los cubanos lo único que deben entender es que nadie merece una vida de miseria impuesta en nombre del colectivismo, mucho menos en un mundo hoy en el que simples pensionistas y mileuristas vacacionan en cruceros, y visitan capitales a la velocidad de un pedo donde es verdad que no hay tiempo para contemplar o meditar, pero aun así una foto frente al Partenón da tremenda satisfacción cuando se la muestras a tus amigos aunque no sepas un carajo de quién demonios fue Sócrates. Porque además si es verdad de que no hay que ser rico para ser feliz, la riqueza es buena porque un país normal mientras más ricos tenga mejor para el resto, algo que el vicepresidente tercero español no entiende pero que los cubanos sabemos desde tiempos de José Miguel Gómez. 

Hoy ha sido el MSI, mañana será el colectivo de médicos cansados no de tener ni siquiera papel para recetas o medicinas que curen de verdad o los basureros por tener que utilizar las escobas de sus casas o los sepultureros por obligarles a manipular cadáveres sin un mínimo de seguridad sanitaria o los cuentapropistas por darles licencias para luego multarles por adquirir de contrabando lo que no encuentran ni rezándole a la Virgen.... Al final, hemos llegado a un momento de despropósitos en el que encima de habernos empobrecido en cuerpo y alma con la dolarización en marcha que aumentará el coste de la vida de los cubanos un 200% y con un Estado que es incapaz de satisfacer la más mínima demanda social, pretenden que frente a su invitación al socialismo les sigamos hasta la muerte.

Los cubanos en Cuba solo necesitan comprender que cuando no se tiene nada que perder es imposible sentir miedo. Ese policía escuálido que te amedrenta solo por lo que representa no es nada. Cuando entiendan que la mayor prueba de su debilidad, es la manera exagerada conque te reprimen porque les aterra que la protesta de unos pocos se les vaya de las manos y terminen como saben que van a terminar: aplastados como las cucarachas que son.

Lejos está ya el día en el que Carlos Manuel dijo a unos cubanos dubitativos: Si el Imperio Español nos parece demasiado grande, es porque llevamos siglos contemplándolo de rodillas, levantémonos! Cubano la concha se te ha quedado pequeña para tus aspiraciones y encontrar casa nueva solo depende de ti.

Es eso o esperar a que te coman. 

#LevantamientoPopular 




 


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