Repique de campanas.


“En este momento están repicando todas las campanas de las iglesias al este y al oeste de Alemania…” Así describe un locutor de radio en directo, la caída del Muro de Berlín que significó el final del comunismo. Habían logrado terminar la pesadilla gracias a la fuerza de sindicatos, organizaciones defensoras de derechos, políticos, líderes espirituales y pueblos al este y al oeste del muro. Materializar el fin de lo que fue la mayor aberración en términos socio-político e ideológica de la humanidad, era algo impostergable.No es esto opinión mía, lo avalan los más de cien millones de muertes a sus espaldas.

Pero a pesar de que la hidra fue herida de muerte, aún su ponzoñoso corazón late en los regímenes de Cuba y Corea del Norte. Y nada más, porque aunque se quiera ver en Venezuela o Nicaragua como ejemplos de comunismo, eso no es más que populismo sustentado por el dinero, y la corrupción. El día que no haya dinero para pagarles a los generales que oprobiosamente sustentan estos desgobiernos, se acaba la vaina. 

Los demás seguidores del comunismo como el caso de los europeos o los del norte de américa, solo hay que decirles que si su país se vuelve comunista, no comerán más T-Bone;  verán como el rojo se torna rosa.

Con Corea no gastaré espacio porque es un tema de los coreanos, que al igual que los cubanos están atrapados en la gravedad del sistema; porque sí, aunque no lo crean todo tiene su fuerza de gravedad.
Los cubanos están gravitando alrededor del castrismo porque sí. Así como las generaciones que venían de "antes de", mantuvieron en sus mentes la memoria democrática y las tradiciones; a las generaciones nacidas en el castrismo, si en su casa no les enseñaron a repudiarlo, sencillamente terminarían abdicando de su libertad. Quedaron atrapados entre el Granma, el Noticiero de las 8 y la Mesa Retonta por un lado, y las urgencias cotidianas a las que les obligan a sufrir por el otro; así, entre el hambre y el cloroformo no se darán cuenta de su órbita maldita.

Sin algo que aporte más fuerza gravitatoria que el castrismo, no despertarán los cubanos. Estamos hablando de pura física, y aunque mis paisanos se resisten por puro vicio hasta a la evidencia científica, más les vale escucharme; porque si no, estarán condenados a seguir la rima castrista por los siglos de los siglos. Es que acaso no se dan cuenta que se murió el mojón en jefe, el castro segundón ya se mea en los pantalones, y Díaz Canel sigue reprimiendo como si nada, a pesar de que se vende como reformista.

Que más necesita la UNPACU el FANTU el CUBA-decide, las Damas de Blanco y toda la retahíla de organizaciones opositoras, para darse cuenta que no tienen en sí mismas ninguna fuerza gravitatoria que ofrecer frente a un sistema que está afinado por más de sesenta años de oprobioso funcionamiento, y que copa la vida pública y privada de sus amedrentados sirvientes.

Solo la suma de todos puede ofrecer la posibilidad al cubano de despertarse de su elíptico y suicida curso gravitatorio; de soltar el cordón que los tiene entrampados, y cambiar al de quienes han estado buena y equivocadamente reclamándolo. Porque créanme, si no les había escuchado hasta entonces… era porque no les oían.

Espero con impaciencia el día en que seamos uno, hablemos a uno, gritemos a uno; para entonces se cumplirá lo que ya está científicamente demostrado. Y se despertará el caimán que han tenido entre dormido y narcotizado por el efecto de quienes en unidad, le ganaremos el pulso gravitatorio a los que hasta ese día, nunca se esperaron que dejásemos por un momento de ser cubanos, para pensar en Cuba.

Y repicarán las campanas desde el Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí.

Y seremos libres.



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