El teléfono rojo.

El castrismo ha sido letal, pero no solo para Cuba. Ya sé que estos sesenta años de desgobierno han hecho mucho daño a nuestro país, pero el daño castrista ha ido mucho más allá; mucho más porque a toda nuestra américa la sembraron de guerrillas de asesinos, narcotraficantes, y comunistas que durante decenios infundieron la guerra, y la muerte a diestra y siniestra. Todavía hoy, se viven los nocivos efectos de haber pretendido enrojecer un continente; si a esto le sumamos la actual situación de venezolanos y nicaragüenses cualquiera pudiese afirmar que no puede haber sido peor. Pero sí amigo lector, ha sido peor.

Porque a muchos se les ha olvidado que gracias a que castro se abrió de piernas ante el falo ruso de Jrushchov, nos metieron unos misiles nucleares que casi se llevan por delante..., a toda la humanidad; casi nada. De ahí vino una invención, que pudiéramos adjudicársela al castrismo por carambola: el teléfono rojo.

Justo en el momento en que las potencias iban a cargarse al mundo gracias a la colaboración del mojón en jefe, a alguien se le ocurrió pensar en algo que es sabiduría popular: hablando la gente se entiende. Y funcionó, los soviéticos se llevaron sus misiles dejando a castro con el culo al aire porque claro, la extensión no llegaba a La Habana; eso sí, de ahí surgió la otra gran aportación del occiso en jefe a los cubanos que sería para la historia: el embargo comercial.

Dicen que le daban pataletas cuando se enteró de que los jefes de ambos bandos habían acordado retirar los misiles sin consultar al “gran estadista” de Birán; los rusos ya sabían que lo tenían “ensartado”, por eso no exigieron en el acuerdo más que la retirada de las bases en Turquía. Los cubanos nos quedamos embargados, y dependientes totales de los soviets; y castro, se quedó con unos centímetros más de salchicha rusa dentro... para siempre.

Hemos pasado de todo, exilios masivos, encarcelamientos, crisis alimentarias, carencias de todo tipo, pésimos servicios de salud; y miseria, miseria y más miseria. Durante años se le ha dicho al cubano de a pie que sus desgracias son por culpa del embargo; honestamente aunque sé que existen mercados alternativos donde comprar cosas, lo más barato y funcional para Cuba sería comprar en EEUU que está en nuestro patio, en eso los castristas tienen razón

Pero claro, eso tenia que haberlo previsto el mojón en jefe cuando en la sierra ya acariciaba el proyecto comunista que se montó sin que nadie se lo pidiera, y traicionando el programa que el mismo había prometido “verde como las palmas”; pero que iba a decir esta serpiente cuando estaban orbitando a su alrededor tipejos como su hermano o como el asesino de Rosario.

Así fue como de aquellos vómitos, esta podredumbre de país que vienen desgobernando a la fuerza, administrando unos recursos que van dejando caer como los cesares soltaban hogazas de pan mientras entretenían al populacho con gladiadores. Hoy lo que le tiene que decir Diáz Canel y comparsa al pueblo cubano, si quiere ser reformista, es completar la oración: el embargo americano fue obra de fidel castro.

Pero claro, como se entera Diaz Canel de estas cosas; si a lo mejor alguien le pusiese aunque sea por un rato uno de estos teléfonos, y me diesen a mí el otro extremo... Ay Cuba, que malo es no estar comunicado.

Y guambán.




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