Votó!: Democracia socialista.
Aun recuerdo la emoción de la primera vez, con apenas 8 años
fui llamado a “participar” por primera vez de las elecciones, cuidé una urna donde
unas caras conocidas, y otras no, iban
entre bromas, y conversaciones altisonantes a depositar unas papeletas. Yo la
mar de serio, ataviado de uniforme y pañoleta azul, no entendía el
porqué del desenfado ciudadano de mis convecinos en un momento tan solemne, más cuando cada vez
que se acercaba uno a depositar su voto, había que llevarse la mano derecha a
la frente y con voz marcial anunciar: votó!.
Corría el año 1978 y por aquel entonces, muy atrás habían quedado
los tiempos de las ejecuciones sumarias que diezmaron a la jefatura de
Castro, ya nadie se acordaba de los Comandantes asesinados como Humberto Sorí
Marín o William Morgan, o que el Comandante Huber Matos estaba en prisión desde
casi 2 décadas; tampoco de Pedro Luis Boitel que había muerto de hambre en la cárcel hacia
unos años; a los cubanos aquello parecía no importarle, a fin de cuentas, estábamos
fuera de la OEA pero éramos del CAME. Eso sí, a Camilo le echábamos flores cada
Octubre, porque millones de cubanos habían decidido creerse el cuento, y seguíamos
la rima sirena.
Confieso que aquella vez no fue la última, y que me creí el
cuento hasta un tiempo después; cuando la evidencia, a mis ojos curiosos y a mi mente inquieta, se
rindió incondicionalmente. Y descubrí
que era todo una farsa, impuesta por unos pocos, y aceptada por otros muchos,
si era el “Poder del Pueblo” y yo era parte de él; dónde quedábamos los que pensábamos
diferente, teniendo en cuenta que habían muchos a los que escuchaba expresarse
contrarios al sistema?. Dónde quedaba yo?.
Al
decir de un vocero castrista, “El sistema del Poder Popular, como forma de
organización de nuestro Estado desde 1976, es la única institución política de
nuestra sociedad en cuya labor podemos y debemos intervenir todos. Subrayar su
lugar decisivo en nuestra sociedad, no significa ignorar su necesaria
articulación con otras importantes instituciones políticas de nuestra sociedad,
todo lo contrario. En primer lugar con nuestro Partido Comunista”.
Lacta
alea est. Aquí como puede apreciarse hay unas palabras clave: 1976-única institución
política-necesaria articulación-Partido Comunista.
La Constitución
del 76 declara a la Republica de Cuba socialista, el Poder Popular es único, y
no se admite libertad de asociación política en este caso, con un Partido Comunista
único que es el “garante”de ese sistema que decide las nominaciones , y donde ya
las papeletas, por aquello de ahorrarle dolores de cabeza al ciudadano, vienen
con la casilla “todo en uno”.
Entonces,
donde quedan las minorías en el comunismo?, donde queda la libertad de asociación?,
como garantizar que aquel que tiene un proyecto diferente pueda llegar a las
instituciones?. En ningún lugar, de ahí el desenfado de mis convecinos, de ahí sus
risas huecas, estos “representaban” su papel mientras despotricaban de Castro
no más salir del colegio electoral.
Muchos años han pasado, algunos de aquellos
vecinos han muerto, otros están en cárceles, otros nos fuimos, pero el sistema
que regula la vida de los cubanos sigue igual, prostituyéndolo desde el
convencimiento que lo más importante no es que crean en esa indecente manera
de entender las libertades y los derechos, sino que lo acepten sin rechistar.
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