A despertar a Liborio.

El descontento social en la Cuba castrista,  aparece desde el primer día de la elección del comunismo como opción política, porque el cubano al ser muy difícil de domesticar de manera individual, comenzó a patalear pronto; teníamos conciencia ciudadana, y  memoria democrática. Es por ello que paralelamente a la instauración de su dictadura, Castro comenzaría sus movimientos para perpetuarse, y decide aplicar selectivamente, la  muerte, encarcelamiento, desaparición, o exilio de sus obstáculos al poder. Desde el primer día.

Otra cosa era el pueblo, incapaz de encarcelarlos a todos, o cualquiera de las otras siniestras opciones; decidió mentirle en las razones reales de su cambio de rumbo; luego convencerle, mediante la interpretación parcial e interesada de su actualidad e historia reciente; y por último, cuando ya tuvo en sus manos todas las estructuras del comunismo totalitario engrasadas, y penetradas a todos los niveles, someterle. Fue así que el cubano por ejemplo,  perdió el concepto de ciudadano, que le sería sustituido por el de compañero; así comenzó una confusión que perdura en las dificultades para la consecución de las libertades, y derechos en la Cuba de hoy.

Nos viene a la memoria el Mariel,  uno de los episodios más incívicos y tristes en la historia de la Cuba de Castro, fue protagonizado por el pueblo cubano que montando en el carro de la indignidad, con total inconsciencia y alevosía,  se prestó a una de las mayores manipulaciones a gran escala conocidas desde la declaración de La Habana. Era 1980, el barco timoneado por Castro cumplía 21 años de navegar por ese mar rojo llamado comunismo, muchos pensarán que fue el episodio de la Embajada  la causa del Mariel,- al igual que  la muerte del archiduque Francisco Fernando solo fue el pretexto-,  como en aquel entonces, Castro se lanzó a deshacerse de la presión que su desgobierno, - que  a pesar de estar  apuntalado económicamente por la URSS-, provocaba en el pueblo cubano.

Porqué se precipitó algo que siempre mantuvo bajo control la tiranía castrista?.

Buscar el nivel real del descontento popular en la Cuba de la cortina de acero se hace difícil; tengamos en cuenta que  Paul Austin, Presidente de Coca Cola &Co, y correveidile de Carter por aquel entonces , el Presidente de los EEUU que había hecho públicas sus intenciones de normalizar las relaciones con Cuba,  deliberó más o menos secretamente con Castro; resultado de aquello;   en 1978 salen indultados alrededor de 3 mil presos a los que Castro llama “contrarrevolucionarios” , además, comenzarían a llegar unos vuelos discretos,  los primeros comunitarios, que trayendo con ellos los Lee, los Levis, los chicles, y los chocolates, traían también, información de que el mundo exterior podía ser mejor de lo que les habían contado.

En resumen, al final, todo salió mal, Carter no levantaría el embargo, y Castro utilizó el incidente de la Embajada del Perú para llevar adelante una operación de limpieza de cárceles, y calles en Cuba. Y los cubanos?.  Se lanzaron a por sus semejantes, sus amigos, sus convecinos de toda la vida;  huevos, ofensas, hasta golpes fueron capaces de dar, eso sí, muchos de ellos luego tomarían el camino de aquellos gusanos, rumbo Norte.

Se hace imprescindible por parte de la comunidad exiliada, y por los grupos disidentes una labor pedagógica prioritaria y urgente; para conseguir educar, despertar, movilizar, a quien tiene en sus manos la última palabra en términos de solución al problema de Cuba: El ciudadano cubano.

A recuperar al ciudadano. A por una conciencia cívica colectiva que nos salve y redima.
 

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