Feria Internacional de La Habana, un canto a la extorsión y el engaño.

 
Por estos días se celebra una Feria de negocios en La Habana, y empresarios de algunas partes del mundo, algunos de ellos con el honrado propósito de emprender en Cuba, creen que lo que a simple vista pueda parecer una oportunidad de negocios, va a convertirse en la peor decisión empresarial de sus vidas. Aquí no se contabilizan las Empresas Bolivarianas y afines de la región, montadas desde el desfalco de los dineros públicos con la complicidad de gobiernos como el venezolano de Maduro, el brasileño de Dilma, o el nicaragüense de Ortega; o empresarios Europeos capaces de prostituirse con tal de recibir dividendos.

Es increíble a pesar de estar en el siglo de la información, que puedan existir empresarios que no sepan la naturaleza rastrera y el carácter traicionero del castrismo. Olvidar las nacionalizaciones, los milicianos en las puertas de carnicerías y bazares apropiándose de propiedades, y del dinero honrado de sus dueños es entendible para alguien que no fuese afectado, al fin y al cabo sucedió hace mucho; pero no querer ver las intervenciones de negocios en la Cuba de hoy a nacionales o extranjeros, es estar ciego. El castrismo no tiene más plan que su propia pervivencia,  incapaz de generar en Cuba un estado de bienestar, más que para la casta dirigente; no hace sino parasitar a unos y otros en función de circunstancias, cuando estas cambian, cambia las reglas, y entonces, o te pliegas, o ahí te quedas.

Son muchos los afectados, como el Señor Jose Fernández González, ciudadano español dueño de La Tasca en la marina Hemingway, que vio esfumarse sus esfuerzos de veinte años. De su propia vivencia cito: ...su éxito fue mi perdición. Uno de los jerarcas de la economía cubana, el señor Abraham Maciques, se empeñó en quitármela, y mediante una simple resolución del Ministro de Comercio Exterior, previa una farsa judicial que no se sostendría en ningún tribunal de Occidente, fui despojado de mi negocio y convertido, arbitrariamente, en ``enemigo del pueblo''. Hoy estoy privado, sin apelación posible, de los bienes por los que trabajé denodada y honradamente durante mucho tiempo…”.

Esto es lo que le ha ocurrido a gentes de aquí y de allá, a los cubanos desde el inicio de la mentira que Castro vendió como la salvación de Cuba, y que se ha convertido en el peor momento de nuestra historia como Nación; donde los derechos y las oportunidades reales, solo han sido posibles, para Castro y sus secuaces más allegados;  el resto- apartando a los que se han plegado a la extorsión y aceptado prostituirse - solo han tenido desengaños y ruina.

Tal y como relata José Fernández en su declaración: ...trabajé honrada y exitosamente hasta que cometí un error romántico: hace casi 20 años, en 1980, me enamoré de Cuba, de su revolución…”.

El romanticismo solo es posible desde la verdad, y el compromiso de dos. El castrismo está muy lejos de esos conceptos, para quien quiera saber que son, ahí está la historia, la de los primeros años, las de hoy.

Nada José, que perro huevero, aunque le quemen el hocico….

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