Vergüenza propia.
El perro de turno de la cancillería
castrista ha estado en Nicaragua. Allí, rodeado de fieles seguidores
e interesados camaradas del grupo de las hienas, ha dicho que “lamenta
las muertes acaecidas en Nicaragua y condena los actos terroristas”
así mismo, imagino que haya tenido cruzados los dedos cuando dijo:
“el gobierno de Estados Unidos afina sus métodos y multiplica sus
acciones de agresión no convencional, para intentar derrocar un
gobierno legítimo”. No hace falta seguir, da asco.
Nicaragua lleva más de cien días de
rebelión. Por ser fiel a la historia, que este desfachatado e hijo de
su madre intenta disfrazar, -con elogios incluídos a la gestión del asesino
Ortega-, cabe recordar que todo comenzó por los reclamos de los abuelos;
los pensionistas, que ante la gestión torticera que querían hacer
con sus pensiones, iniciaron unas protestas, que luego secundaron sus
nietos, los estudiantes. Al final, una cosa lleva a la otra, y
despertó un país aletargado por decenios de manipulación, -de un
asesino pederasta, y ladrón-, que ha dicho basta, a tamaña burla de
desgobierno.
Ah no, pero ahí está el chucho
castrista diciéndoles a los nicaragüenses, y a los militares cubanos
llevados a Nicaragua para reprimir, que: ¡No a la injerencia Yanqui!.
Ellos, precisamente, los que han apuntalado desde siempre al asno nicaragüense, que ha llegado a tener más dinero, y poder que Somoza, con menos de la mitad de la inteligencia, mientras Nicaragua sigue hundida en la miseria; los mismos que controlan la inteligencia del perro
venezolano, y tienen inundada Venezuela de castristas con pasaporte, para que pueda seguir sentado Maburro en la silla de Miraflores, y
así seguir recibiendo el petróleo, y el negocio de drogas que tienen
montado. Honestamente, por respeto a mis lectores, no puedo seguir diciendo lo que me sale de la
cabeza.
Nicaragua si Dios quiere, y la
determinación de los nicas no cede, ante llamados a la concordia por
parte de quienes de buena o interesada manera, se equivocan intentando
que se ponga un punto, y seguido frente a esta carnicería que ha montado el
sátrapa títere castrista de Ortega, para poder seguir manipulando, y desgobernando en un país, al que la ponzoña castro-comunista
se empeña en seguir intoxicando; básicamente, para sobrevivir en La
Habana a la extinción de su proyecto fracasado, que ellos saben, ya tiene fecha de caducidad.
Mi indignación, viene de saberme
catalogado con igual gentilicio que ese perro castrista; mi tristeza,
proviene de saberme un indeseable para muchos venezolanos,
nicaragüenses, bolivianos o brasileños de buena fe; que puedan erroneamente,
asociar Cuba, con algo tan indeseable, toxico o destructivo como
es el castrismo o sus perros. O conmigo.
Por eso es que pido disculpas. A todos,
los que ni sabrán nunca, que un cubano avergonzado de tanta
barbarie, ruega porque sean tan libres como libres quiero que sean
mis paisanos en Cuba. Se que lo lograrán, más temprano que tarde;
ese día, yo estaré celebrando como si fuese uno más, en una la plaza de
Managua o de Caracas.
Y entonces, estaré conforme, porque
nos habremos reencontrado sin ruidos, sin resquemores, en la américa
nuestra; la que soñaron un día los que la guardan, y animan a
levantarse desde el Río Bravo hasta la Patagonia, de esta banda de mal nacidos que la pueblan allá donde mires.
Y guambán.
Que Puedo Yo Añadir? Ante La Excelencia De Obra; Solo Un Saludo Es Adecuado. Un Abrazo Y Saludo De Un Soldado. Bravo!
ResponderEliminarY un abrazo también puedo yo añadir a tanta sensibilidad y cercanía necesaria. Gracias.
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