Chivatería o colaboración?

Hace un par de días me tomé un descanso, y en mis estancias en cada aeropuerto, pude comprobar que han desplegado todo un programa para intentar contener actos terroristas; más allá de la incomodidad que me provocan cada vez que viajo- será porque doy el perfil con esta cabeza-, agradezco a las fuerzas de seguridad, la tranquilidad relativa que siento debido a mi condición de padre; que en este mundo, y debido a estas actuales circunstancias en la lucha contra el terror islamista, poner en justo valor esto que se conoce como cooperación ciudadana, sea "de cajón".

Que cambio de mentalidad. Todavía recuerdo al chivato del barrio, que en la Cuba que viví cada cuadra tenía, autorizado por cierto. Casi siempre uno de esos viejos babosos que retirados ya, no sabían que hacer con un carnet, y se dedicaban a joder por todo el vecindario. No era nuevo en Cuba, ya desde antes existían, y siempre repudiados por la sociedad que llegaría a linchar a alguno que otro, en tiempos revueltos de nuestra vida pública, que por cierto, no nos han faltado.

Luego llegó el castro-comunismo, entonces el envilecimiento fue transformado de un defecto insignificante en términos de sociedad, a la chivatería como deporte nacional; el "gran hermano" iba a estar siempre observándote, para certificar lo que Orwell en su 1984 ya nos había dicho con antelación, que eramos una sociedad vigilada, hasta dentro de nuestras conciencias si te hacías el tonto; y todo con un único fin, generar el miedo como herramienta de control sobre las ovejas del rebaño; o la "masa", que es como gustan de nombrar los comunistas a su grey.

Recuerdo una serie que fue muy popular,- si entendemos que había solo dos canales, y nada interesantes por cierto-; "Su propia guerra", con el Tabo a la cabeza como personaje principal, una especie de chivatón que de manera nada subliminal, vino a decirnos que chivatear, o colaborar con la DSE era algo guay. Al fin, y al cabo, aquél era el "bueno" de la serie.

A diferencia de mi comentario inicial, en que ciudadanos libres colaboran con las fuerzas de seguridad para prevenir ataques a nuestra libertad o cualquier conducta incívica en general, que pueda afectar la convivencia, -algo que se considera colaboración ciudadana en cualquier lugar de este mundo libre-, en el caso del Tabo, no aplicaba este concepto de colaboración; y aunque se empeñaron en vendernos la mercancía adulterada como buena, no tardó nada en que los cubanos comenzásemos a llamar a los chivatos con un nuevo mote: "Tabo".

Y aunque la chivatería se hizo popular allá donde hubo un grupo de cubanos, que ya fuese para denunciar a un "hablador de mierda" o gusano; bien en una reunión de unos afiliados sindicales a los que les tocaba sortear unas ruedas de bicicleta; o unos estudiantes de medicina de fin de carrera que optaban a especialidades médicas; en cada aspecto de la vida social cubana, la chivatería como herramienta de denuncia o descrédito ha sido, y es usada hoy, por personajes que desconociendo el valor del decoro, se han dejado transformar en marionetas de un sistema que los ha envilecido de una u otra manera, mediante modelos sociales que se han edulcorado para pasarlos como valores positivos, de una sociedad que se cae a pedazos desde hace muchísimo tiempo.

Porque no se colabora con una tiranía; nunca en tiempos de la República fueron bien vistos los chivatos, ni después tampoco; solo que como siempre, el cubano dejó que le vendieran pescao pasado por fresco; porque así se ha evitado desde hace mucho, enfrentarse a sus miedos, y reconocer la indignidad en que han convertido su vida en general, con su colaboración manifiestamente reprobable; que puede cambiar, pero no se atreve debido a tantos años de manipulación, que los tienen castrificados.

Colaborar para edificar sí; chivatear, ni de coña.




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