A por un año redondo.

Cuba termina un año que ha sido histórico en términos de sucesos. Para los cubanos de dentro no hay dudas,  han visto aterrizar el Air Force One con un Presidente Norteamericano dentro, se reabrió una Embajada cerrada desde hacía medio siglo, y se izó una bandera de barras y estrellas, a la que muchos odiaban; y a la que, por combatirla, abandonaron hijos, se pelearon con Padres y hermanos, o murieron en tierras extranjeras protegiendo al Imperialismo Soviético de tan perverso símbolo.

Para los cubanos de fuera también ha sido un año histórico; no nos vamos a andar con rodeos, SE MURIÓ FIDEL CASTRO!. El artífice del modelo Estalinista tropical, el traidor mayor, el que por aferrarse al poder, encerró, mató, y exilió a media Cuba.

Pero, aun con todo el saldo positivo acumulado, no ha sido un año redondo; seguimos esperando, más que trabajando, por  el alumbramiento de una Cuba libre. Por ello, y porque por estas fechas, se suelen desear felicidades y buenos deseos, para el año que se aviene, desde aquí enviaremos nuestras buenas intenciones para Cuba y los cubanos, doquiera que estéis.

A Cuba, primero y sin dudarlo: Libertad. Que este nuevo año nos regale al fin, una Cuba parte del concierto de naciones democráticas, que son la base de la prosperidad, y felicidad de los pueblos. Que la Virgen de La Caridad del Cobre, nuestra Patrona, así nos lo conceda.

A los cubanos de dentro: Conciencia cívica. Que este nuevo año, traiga a los cubanos la sabiduría necesaria para que entiendan, que son ellos los responsables de construir su vida, su bienestar, de reclamar sus derechos y libertades; y además, que son motor del cambio que esperan, y al que nadie vendrá a ponerle remedio.

A los cubanos de fuera: Memoria. Porque el exiliado, aun cuando sea parte de otro pueblo, al que debe profesar agradecimiento por la generosidad, y los espacios de libertad que le ha brindado para desarrollarse, nunca debe olvidar, que ni cien vidas le borrarán su condición de cubano, y el deber moral que tiene, con aquellos que han quedado en Cuba, sin la oportunidad de la que disfrutas.

A las organizaciones opositoras: Coherencia. Porque en Cuba, nuestras raíces históricas nos obligan, porque no se puede citar a Martí, y no ser capaz de renunciar, de escuchar, de comulgar, de sentarse con tu hermano, y anteponer Cuba a tus deseos, a tus proyectos, a tu afán de prevalecer.

Y a todos los amigos de Cuba, de la causa de su libertad que, dispersos por, y desde medio mundo, nos alientan y nos dan fuerzas para continuar este camino de redención.

A todos, en estas fechas: Felicidades, fuerza y fe.
 
 

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