A otro perro...

La frase alude a una situación donde alguien ante una sugerencia, quiere responder tajantemente; dejando claro la imposibilidad de convencimiento alguno. Me ha venido esta reflexión mientras pensaba en Cuba. En qué si no, voy a pensar una vez acabadas mis obligaciones; es dolor que carcome porque aunque lleve años martillando con estos temas, - creo más que por patriotismo, por poder regresar a mi barrio-, los que según dicen se van a encargar de “solucionar” los problemas de Cuba, son insensibles a mis demandas, y súplicas.

Pero no solo es eso; mis hermanos dispersos por medio mundo, y más allá también, están como los monos famosos de la escultura. El que no es sordo, es ciego y el que no, mudo; lo más gracioso si de humor negro estuviésemos hablando, es que eso no es lo peor, sino que no hay manera de juntarlos; que sería la solución a las limitaciones o a la insensatez, intención manifiesta del japonés autor de la escultura.

Siento la misma sensación de impotencia que siente un abuelo, incapaz por decenios de artrosis acumulada, de alcanzar a sus nietos; que molestando a los demás, se merecen un coscorrón que aquél es incapaz de asestarles por pura limitación esquelética, no porque no se lo merezcan o le falte a este ganas.

Me viene a la memoria mis días en el campo, cuando la abuela se paraba desde detrás de la puerta partida a la mitad con el hueso en la mano frente a la jauría que había en la finca, que la seguía ansiosa en sus movimientos de mano antes de que lo lanzase al tuntún para ver quien lo pillaba; aunque pensándolo bien, en el caso que hablo no se aplica muy bien, ya que el castrismo no da ni huesos, solo entretiene al estilo de un hipnotizador.

Un día es que han dejado a alguien retenido; otro día es la declaración de uno de sus "amigos" latinoamericanos; otro es la constitución; otro que si Diaz Canel dijo esto o dijo aquello, que si Castro hace X años un día como hoy... . Y todo esto sin contar los cientos de miles de opiniones sobre las sabandijas que pululan en redes; y que están allí para decir cualquier tontería, para provocar un efecto reacción incendiario, y así mantener desenfocada a la gente que buenamente quiere la libertad de Cuba, pero que como los monos del cuento, están dando palos de ciego. Así sin quererlo, permiten que se vaya cumpliendo el programa del castrismo: prolongar el entretenimiento, mientras consolidan el poder de la nueva generación para continuar la saga.

Faltan aquí -por no mencionar esta vez a los “lideres” e iluminados-, los bien intencionados que como moscas alrededor de la miel, terminan por rematar esta historia; esos son los que con buena intención cada día vienen con una nueva ocurrencia; formulas novedosas que reformarán al castrismo, sugerencias de pertenencia a grupos opositores, y lo más doloroso, la terrible verdad de las miserias de los nuestros o la queja parcial de cada cual sobre "sus encarcelados" o "sus reprimidos".

Y frente a todo este panorama de siempre lo mismo, uno debe tener algunas máximas que mantengan la aguja apuntando al norte, llamémosle el  "así que:"

-No es necesario reformar al castrismo, solo exterminarlo; así que, gracias por la invitación a su proyecto reformista.
-No es necesario imitar a otros creando un grupo opositor más; así que, gracias por la sugerencia de formar cuadrilla.
-No es necesario creer en que el castrismo va a darle oportunidades, así que, gracias por permitirme seguir en mi incredulidad.
-No es necesario dividir a los cubanos buenos, así que, gracias por intentar conquistarme para su grey, pero no.
-No es necesario comprar a patriotas, así que, gracias por sugerírmelo, pero prefiero esperar encontrarlos fuera del mercado.
-No es necesario emular a ver quien habla más mal de Castro o sus secuaces, así que, gracias pero mi objetivo es el castrismo.
-No es necesario llorar por los presos, así que, gracias por intentar que me sume, pero prefiero “rentabilizar” para la libertad de Cuba su sacrificio redentor.
-No es necesario buscar huestes que liberen, así que, gracias por su sugerencia intervencionista, pero los libertadores están ya dentro, permítame seguir intentando despertarles.

Solo es necesaria la renuncia, la determinación, y la unidad; y el caimán volverá a despertarse para nunca más dormir por la vergüenza de saberse maniatado desde hace sesenta años.

Si vas a intentar replicarme ahorrate la disertación; así que, a otro perro con ese hueso.




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