Gracias Mr Dorsey.
Siempre he mantenido que twitter es una
de esas RRSS que menos me gusta; o al menos así era hasta hoy.
Realmente cuando veo las estadísticas de mi blog me doy cuenta que
en estos años, el porcentaje de personas que han entrado a leer algo
a través de esta herramienta de comunicación representa menos del
10% del total de lectores. Y es que twitter no está pensada para
lectores, y personas que buscan el análisis y la reflexión; la
verdad es que vivimos tan deprisa que solo leemos titulares, y claro
140 caracteres no dan para mucho, pero precisamente ahí está el secreto de su éxito.
Tenía un vecino al que podías ver si
querías, cada mañana salir de su casa pararse un momento antes de
tomar la moto para ir a su trabajo, haciendo su propia catarsis del
día; abría los brazos mientras se estiraba más que un oso acabado
de despertar de la hibernación, y mientras se doblaba iba diciendo
con la voz medio cortada de tanto estirarse: ayyy me cago en la madre
de castroooo. Luego cogia su maletín, y a por el sustento de cada
día.
Aquello no era más que la voz de un
pueblo que tiranizado desde décadas, cedió su conciencia al tirano
pero no su corazón. De ahí que lo que en Cuba se conoce como
“careta” se la puso desde el obrero, el administrador o el
dirigente institucional que en el fondo, con carnet escarlata y todo
al final en la intimidad; de su circulo de confianza, el cubano ha
detestado y maldecido al castrismo. Si no que se lo digan a mi padre,
que en la despedida de uno de mis proyectos de salida llegó a
decirme que en el futuro estaríamos en trincheras diferentes; años
después terminó con carnet y todo en mi misma trinchera, con un
pasaporte visado que le ha permitido pisar la tierra imperial varias
veces.
Nunca viví con careta, siempre que uno
de mis familiares me decía aquello de orinar contra el ventilador, yo
le replicaba que mejor orinarse por el aire del ventilador que
orinarse en los pantalones. De cualquier manera siendo un ciudadano
común del Camagüey, adonde no llegaba ni la oficina americana ni los
periodistas acreditados, pocas posibilidades teníamos de salir en la
foto; menos aún porque mi militancia era ciudadana, no opositora.
Me fui de Cuba cuando todavía no
habían llegado los teléfonos inteligentes. Los dos años que pasé
separado de mi familia fueron en términos de comunicación duros;
más para mi esposa, que madrugaba como si de ordeñar la vaca se
tratase, para coger una "maquina" en correos, a fin de revisar la charla
de cada día que siempre iba digital-mente descompasada.
Pero hoy corren otros tiempos. Si bien
nunca pude decirle a castro el destructor lo que de él pensaba, hoy
gracias a el Sr Dorsey y su aplicación he visto la luz. Resulta que
Díaz Canel se ha abierto una cuenta en twitter, y lo primero que he
hecho es enviarle algunos de mis post. Luego me puse a darle vueltas
al asunto, y cual Arquimedes exclame: !Eureka¡ Claro, ahora todo
cobra sentido para mí. Tengo hoy gracias a estos americanos que todo
lo inventan, la posibilidad que no tuve con castro; y entonces, cual
Jedi que descubre el poder de la fuerza, he descubierto mi misión:
seguir a Díaz Canel hasta que me escuche.
De ahí que hoy me sienta un poco más
ligero, como el que al fin encuentra el camino de vuelta después de
desandar de aquí para allá. Porque aunque no tenga el teléfono
rojo... tengo a twitter.
Ahora solo espero que no se me acobarde
el Sr dice presidente, y vaya a bloquearme; aunque pensándolo bien,
si así fuese sería para mí mucho más que un reconocimiento o
premio; y es que amigo lector, a Diaz Canel conmigo le pasa como aquel
chiste de Pascual Angulo o Angulo Pascual.
Que le jodo igual.
Que le jodo igual.
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