Superhéroe trasnochado.

Qué sistema filosófico-político-ideológico desgobierna Cuba? Realmente,  quiénes son los Castro o mejor, que es el castrismo? Confieso que esto, si quisiéramos explicarlo de manera formal,  es algo propio para catedráticos, sociólogos o personas que con un mayor conocimiento de estas cosas, pudieran dar respuesta a esta pregunta que estoy seguro, a estas alturas del partido, ni el propio Castro II podría definirlo; intentaré desde la experiencia práctica de media vida dentro explicarlo; para ello, lo haremos recordando algunos hechos históricos, y vivencias puntuales; así, a vuelo de pájaro.

Ya sabemos que el 16 de Abril del 61 a decir de sus parcializados historiadores, declaró "el carácter socialista de la revolución", dijo exactamente: “Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”. En las narices de quién diría yo, de Estados Unidos? Ya la CIA, la Administración Norteamericana, el Kremlin, hasta los indígenas de las islas del Pacifico sabían que eran comunistas, aunque el ya occiso se empeñara en repetir: "we are not comunist"; quienes único no lo sabían; las únicas narices que burlaste fueron la de tus compañeros de lucha (con excepción de Raúl y Guevara)-, y las del pueblo cubano que ayudó con dinero, incluso con vidas, a conseguir aquella robolución “verde como las palmas”.

A partir de allí se precipita todo, y se instaura en unos pocos años el socialismo en Cuba; para precisar, el comunismo Estalinista. Y comenzó la construcción del “proyecto de Castro”; fueron años gloriosos donde se aplicaría sin dudar la receta comunista; claro, querían construir el “hombre nuevo”. Va bien el rumbo del barco que navega a toda vela por su mar antillano donde los comunistas son los dueños de Cuba. Disfrutan de sus privilegios dependiendo del nivel al que pertenecen; eso sí, son hombres especiales de virtudes excepcionales; no caben en este club los cornudos o los homosexuales; tampoco los que viven con familiares que practiquen la religiosidad o se carteen con sus familiares en el extranjero; ni hablar de creer en Dios, el comunismo es una ideología atea así que, por favor señores creyentes, no toquéis la puerta.

Pero llegó 1989 con una noticia infausta para los medradores de La Habana; resulta que unos alemanes inconscientes habían echado abajo cierto muro porque un señor de cierta mancha en la cabeza dijo que hasta allí había llegado el comunismo, y se acabó el cuento. A partir de allí la izquierda se quedaría sin discurso; ah que no?, claro no sabían que en Cuba había alguien que reinventaría el comunismo; y porqué un franquiciado se abogó ese derecho si la franquiciadora había quebrado?. Fue por  coherencia o por principios?. Lo dudo, recordemos que con la caída del muro vino la peor de las terapias; un antiparasitario que llegaría en forma de un masivo desabastecimiento, una medicina funesta para ciertos regímenes que viven de cualquier cosa excepto de sus esfuerzos y capacidades. Que dió como resultado?

Pues mira tú, ya pueden los homosexuales ser del PCC;  los que tienen familia en el extranjero, también; y los extranjeros también serían bienvenidos.  El dólar?, ya no es moneda maldita por la que muchos están penando en cárceles, ahora es “divisa”, aunque al cubano de a pie le cueste divisarla; y los creyentes, -esta sería la aportación mundial de Castro al concepto filosófico del comunismo-, ahora se podía creer en Dios a la vez que ser comunista, sencillamente alucinante.

Y qué fue entonces del “hombre nuevo”?. Nada, estas lumbreras de Birán lo redefinirían olvidando aquel al que traicionaron embarcándolo en las sierras bolivianas; ahora ya no era el Ché el modelo; ahora, intentarían definir lo indefinible porque su mejunje ideológico no obedece a princípios sino a circunstancias; resultado, se inventa un nuevo sistema: el Neo-comuno-populismo.

Hasta hoy, muchos en media latinoamérica esperamos el remedio definitivo.



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