Linchadores de refranes.

Anda la cúpula castrista con las declaraciones del Secretario de Estado sobre Venezuela donde implícitamente deja la vía de intervención como una posibilidad ante la deriva del lunático de Miraflores que no saben dónde, y hasta cuándo cacarear. Del excusado que por boca tienen instalado, han salido los conceptos de siempre: injerencistas, inaceptable... , son parte del discurso esperado porque es lo que vienen repitiendo desde siempre sobre la política norteamericana hacia Cuba; solo que esta vez no es la queja, es el tono de la queja.


Recuerdo aquellos días en que los cubanos sacaban aquellos carteles de "si se tiran quedan", y estupideces por el estilo. Era un niño por aquel entonces, y en mi mente me imaginaba corriendo a un refugio para protegerme de las bombas, tenía una tía que a su perra le decía: vienen los americanos!; y la perra salía corriendo por todo el patio, y traía una ramita cual fusil para pelear; tal era el grado de penetración debido a la reiteración de las paparruchadas, que teniendo en cuenta que si mi tía - EPD- que regresó repatriada de EEUU, y regresaría a EEUU años después donde terminó sus días a salvo da las bombas decía aquello; como estaría el resto del corral cuando por aquel entonces ni redes ni facebook ni wassap, ni nada.


Los castristas siempre supieron que su protector más fiable, incluso más que los rusos era la administración norteamericana, que desde el pacto Krushev-Kennedy dejaron a Castro blindado en términos de intervención, cosa que se mantiene hasta hoy con Trump incluido; así que, mientras no volviese a hacerse el chulo intentando instalar misiles, le dieron carta abierta para sus bravuconadas que han sido más o menos respondidas dependiendo del tipo de administración pero que; todos desde Kennedy, han sido sus más fieles garantes de la seguridad nacional cubana.


Pero claro, una cosa es Cuba sin más recursos que los naturales; y que además, entre el boom de punta cana, más la alegría de los bahameses para con su turismo de momento van sobrados; por tanto lo único cierto en términos de negocios que pueda motivar una intervención, es esperar a que Cuba sea totalmente destruida por el castrismo, para así entrar con Home Depot y Co a capitalizar a lo bestia; así que, relax que hay tiempo. Ahora Venezuela es otra cosa, que hablamos de una de las mayores reservas mundiales de petroleo, disimiles recursos de todo tipo, y con EEUU como uno de los principales acreedores, además de refinador del crudo venezolano; y para ponerlos más nerviosos, sin pacto presidencial de no agresión.


De ahí que la jauría de La Habana esté vociferando como locos, porque si cae Maduro, detrás caerán los castristas, los moralistas, los danielistas y todo esa horda de hijos de madres listas que nos tienen en esta letrina histórica de la que no quieren que salgamos. Es por ello que "solidariamente" se han lanzado a mojar las barbas... del vecino, terminando así con un refrán milenario que ha asustado hasta a la real academia.


A mis hermanos cubano-americanos les recomiendo que inviertan el tiempo que dedican a su Presidente para intentar lo que nunca será, en ayudar a los venezolanos a terminar con Maduro, créame que es lo único en términos externos que pudiera acelerar la llegada de libertad y democracia a Cuba. El resto ya lo he dicho mil veces, pero no me cansaré de repetirlo: reclamar el fin del castrismo, y unidad, unidad, unidad!

No hagan caso de los castristas: cúando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas a remojo.


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