Cubano. 8


Manual para recuperar la ciudadanía.

Capítulo 8. La autodeterminación.



Es uno de los errores más extendidos entre los cubanos dentro y fuera de Cuba, el pensar que una potencia extranjera va en algún momento a acudir en auxilio nuestro. Alimentado por muchos, constituye una de las principales causas de desmotivación frente a la opción de asumir un cambio de actitud ante el régimen totalitario.


Este mito que algunos desafortunadamente alimentan solo es eso, un mito y nada más. Cuba, un país sin recursos naturales y en medio del juego geopolítico de EEUU, Europa y Rusia no será jamás invadido por nadie. Las potencias se escudarán para quedar bien con unos y otros, en un concepto global amparado por la comunidad de naciones: la autodeterminación.


Es un principio consagrado en las relaciones internacionales y que rara vez se viola y solo cuando intereses superiores, -que no los hay en Cuba-, coinciden en el juego de la geopolítica. Según este principio los pueblos tienen derecho a darse las instituciones y sistemas que deseen, y nadie debe interferir en los deseos de un pueblo.

Por eso los cubanos estamos llamados a asumir el derecho de bien gobernarnos, y dejar de seguirles el juego que durante décadas una minoría en el poder, utilizando las imágenes de concentración de cubanos le ha mostrado al mundo el deseo grafico e inexcusable de un pueblo apoyando la dictadura que los desgobierna.

En este proceso de conversión de números a personas, la sociedad cubana entendiendo el valor de asumir una posición cívica frente a la realidad que la atropella y asfixia, llegará al estado de madurez capaz de cambiar la realidad, el día que sea capaz de darle la espalda al sistema.

Los gobiernos del mundo, las instituciones internacionales y las democracias y pueblos amigos de la causa de las libertades y derechos de los cubanos, nada pueden obrar sin la implicación de la sociedad cubana en el cambio de rumbo que muchos incluso saben, pero pocos se atreven por falta de un compromiso cívico a demandar.

Las manifestaciones de apoyo crecientes hoy, solo quedarán en manifestaciones de apoyo, si la sociedad cubana no asume su papel como motor del cambio de su realidad. La presión internacional podrá llegar a ser determinante, en la medida en que la presión de un pueblo demuestre al mundo, que los cubanos han decidido implicarse para cambiar su presente y tener un futuro.

Y allí, en ese instante sin darnos cuenta, estaremos cruzando la meta en una tierra de dignidad plena.






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