Pos modernidad decadente.

Este mundo en que unos gozan, otros padecen, pero que todos soportamos, hay días en que te entran ganas de ser aquel Robinson Crusoe, alejado de todo con la única intención de no escuchar, de no tener siempre que estar tentado. Resulta difícil digerir a la vez, tanta desinformación interesada, como información manipulada. Unos y otros formando parte de esta nueva edad obscura en que el arribo del big data ha dado a unos más poder para seguir prevaleciendo, a otros, megáfono para poder rebuznar a lo grande, y a la "masa" estómago para soportarlos.


Es este, un momento donde la globalización de la estética, ha llegada acompañada de la mentira como valor positivo a la que han rebautizado como pos verdad; así, relativizarlo todo, incluso se promociona desde muchas instancias, para que nos instalemos en mundos paralelos donde podamos creer que nuestras deficiencias, nuestros miedos y limitaciones, no sean necesariamente superables, sino todo lo contrario, entendibles, aceptables, y lo peor de todo, defendibles.


El resultado de todo esto puede verse de manera tangible a nuestro alrededor, como consecuencia de la pos modernidad se están formando sociedades débiles, devaluadas y sin sustrato, que se prestan a la manipulación con sistemas pseudo democráticos, que se están adaptando y acondicionando, para en función de estos moldes globales, anular la individualidad desde el individualismo, silenciar lo autenticamente genuino inundándolo de ruido, y promoviendo  la simpleza colectiva como arma para protegerse, y evitar cambios positivos externos.


La llegada del populismo a países del primer mundo tradicionalmente más ortodoxos en términos democráticos, viene a sumarse al resto de variantes ideológicas que pululan en nuestras sociedades enfermas y desorientadas. La ausencia de defensa de valores morales tradicionales, o la desideologización de los grupos políticos para frenar la pérdida de votantes, se agrava porque los medios, hoy convertidos en grupos de poder e influencia, se han sumado al baile de la silla donde lo importante no es es el mensaje sino el patrocinador. Si entendemos además, que se ha mercantilizado todo, y que hoy día, detrás de los poderes políticos están como nunca antes, los poderes financieros globales, entonces es cuando el horizonte pasa de gris a negro, y negro de boca de lobo.


Ejemplos?, tomen su coca-cola y palomitas que la película es de largo-metraje. Vemos hoy, como Rusia apadrina a Irán con su terrorismo de Estado, mientras Putin chatea con Trump que a su vez va cerrando muros, y anulando tratados comerciales, pero comercia con la China comunista a la que debe más de lo que puede pagarle; chinos que a su vez, comercian y patrocinan al dictador Coreano que nos tiene en vilo con el dichoso botón, mientras crecen como nadie gracias a empresas del mundo libre afincadas en la tierra de Mao. Europa mientras tanto, renuncia a sus raíces Cristianas legrando a sus niñas y matando viejos, está infestada de anti-europeos en su propia casa, quiere presumir de casta mientras es incapaz de definir su política de refugiados, y comercia con autócratas y dictadores allende los mares, porque eso sí, Europa es mucha Europa, pero asco al dinero no, eso sí que no, que los derechos y libertades luce bien pero la pasta es la pasta. De los saudíes y resto de jeques ni hablar, todos les quieren aunque lapiden mujeres y capen a maricones, porque el petróleo va a seguir moviendo el mundo por un rato, y si tienes petróleo entonces todo está perdonado; no hay más que mirar a Maduro como lleva años con su Diploma de Sexto, desgobernando, y masacrando a venezolanos sin que nadie de verdad le haya plantado cara -excepto los venezolanos-,  como para removerlo del asiento. De África ni hablar, miles de millones de toneladas de todo cuanto puede donarse, más incontables cantidades de dinero en ayuda al desarrollo, y siguen cazando leones con taparrabos, con tribus de caciques polígamos, y  corruptos hasta la médula.


Hagamos un receso, o mejor, apaga la película que las nauseas harán que vomite. No quiero llegar a la parte de mi tierra cautiva, que sin recursos naturales que envidiar, con un peso irreconocible, es como una angula en aguas de orcas... mejor no, dejémoslo.


Confieso que no podría nunca comulgar con anti-sistemas, aunque a veces den ganas de serlo, solo espero que salgamos de esta nueva edad media como un día gracias a hombres como Da Vinci o Tomas Moro lo hicimos.


Emulemos aquellos hombres, a por el nuevo Renacimiento, y la globalización de la verdad, la decencia, la humanidad.

Ánimo!














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