Elegid la vida!
Superada solo por Rusia, la Cuba castrista - la que traería
el paraíso a los hombres-, produce unos treinta abortos por cada mil
mujeres. Creo que si no recuerdo mal, alguien llamó al que hoy
desgobierna los desatinos de Cuba “el cancerbero de la revolución”; pues parece
que sí, porque efectivamente, si miramos las cifras de muerte, más parece este
esperpento de proyecto el Hades que el Olimpo.
Ya sabemos que la llegada del comunismo vino acompañada del
desmontaje de la sociedad cubana, sus tradiciones y valores; esta es la manera que
utiliza el comunismo para confundir, dividir y prevalecer. Con la Contrarrevolución
castrista – que es como deberá ser llamada en los libros de historia de la Cuba
libre- , llegarían a desecharse tenedores y cuchillos de mesa junto a
la asignatura de Urbanidad, ya que los buenos modales y el buen gusto quedarían
conceptualizados como “rezagos del capitalismo”, ahora propiedad de “burgueses y
maricones” para quienes estos iluminados hombres nuevos, tendrían desde
bofetadas en la calle hasta reconcentraciones, emulando con Valeriano. La
diferencia?: 65 años después serían
cubanos los responsables de este atropello.
El plan de arquitectura social incluía muchas otras cosas.
Junto al ateísmo militante en que envolvieron no solo a los miembros del PCC
sino a toda la sociedad, - en un inicio mediante el chantaje o la presión socio-laboral
y a continuación mediante la ideologización vía enseñanza a las nuevas
generaciones -, vendría el aborto como método anticonceptivo; claro, teniendo
en cuenta la banalización del concepto de familia y la promiscuidad que
alentaron, se implantó la legra como elección frente al compromiso que supone
traer una vida.
Y así el cubano banalizó con lo que nunca debió banalizar: el
respeto a la vida.
Y se han mutilado y asesinado durante más de medio siglo incontables seres humanos, y sin que cientos de miles de mujeres sintiesen ni el más mínimo dolor moral. No las culpo, cuando eres prisionero de un sistema que afecta a generaciones, entender ciertas cosas que son contrarias a lo que te han esculpido en tu no-conciencia puede hacerse difícil, o no? Lo digo porque hay profesionales que han padecido escarnio, cárcel, tortura, por disentir de esta barbarie; y porque además, hay también incontables ejemplos de mujeres que aún bajo riesgos ciertos, decidieron por la vida.
No se trata de flagelarnos, al fin y al cabo, como dijo El Señor, "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Eso sí, tenemos que reconocer que una sociedad que no muestra respeto por la vida, que no se enerva frente a sus propias miserias y limitaciones, es una sociedad enferma y condenada a la esclavitud.
Pensadlo, nos han dicho de todo a través de los años, aunque luego por pervivencia hallan dicho lo contrario:
Que Dios no existe.
Que no respetes a quien piensa por sí mismo.
Que tu hermano es tu enemigo.
Que la familia no importa.
Que la promiscuidad es buena.
Que la patria es el partido.
Que la democracia es cuestión de números.
Que la libertad es participar.
...
Que el aborto es la solución a tus miserias, morales o materiales.
No se puede aceptar tanto por tanto tiempo; la sociedad cubana de hoy tiene el deber de reconocerse, de aceptar que un proyecto comprado hace más de medio siglo no ha solucinado ninguna de las miserias iniciales que hoy han crecido exponencialmente. Porque además, justificar con una escolaridad ideologizada y el acceso a un sistema de salud plagado de limitaciones morales y materiales lo que es Cuba hoy, no se lo cree ni el que cantó en la escalera.
No se trata de rebuscar entre estudios o mensajes sofisticados/enrevesados, la respuesta en una disyuntiva donde solo hay que buscar dentro, y aplicar el sentido común cuando ya no queda mas que una elección fundamental: vida/muerte. Y hay que elegir la vida.
Elegir la vida es elegir la libertad, la felicidad, la responsabilidad, el sacrificio. Por supuesto que nuestras elecciones condicionarán no solo un resultado de vida, sino una actitud ante la misma que redundará - si elegimos hacer lo correcto- , en un mejor ser humano, y una mejor sociedad con capacidad para cambiar un destino que hoy va cuesta abajo.
De eso se ha tratado siempre, de elegir. Hoy, a pesar de todos nuestros errores, tenemos la posibilidad de redimirnos, de encontrarnos, de renacer.
Elegid la vida!.
Y se han mutilado y asesinado durante más de medio siglo incontables seres humanos, y sin que cientos de miles de mujeres sintiesen ni el más mínimo dolor moral. No las culpo, cuando eres prisionero de un sistema que afecta a generaciones, entender ciertas cosas que son contrarias a lo que te han esculpido en tu no-conciencia puede hacerse difícil, o no? Lo digo porque hay profesionales que han padecido escarnio, cárcel, tortura, por disentir de esta barbarie; y porque además, hay también incontables ejemplos de mujeres que aún bajo riesgos ciertos, decidieron por la vida.
No se trata de flagelarnos, al fin y al cabo, como dijo El Señor, "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Eso sí, tenemos que reconocer que una sociedad que no muestra respeto por la vida, que no se enerva frente a sus propias miserias y limitaciones, es una sociedad enferma y condenada a la esclavitud.
Pensadlo, nos han dicho de todo a través de los años, aunque luego por pervivencia hallan dicho lo contrario:
Que Dios no existe.
Que no respetes a quien piensa por sí mismo.
Que tu hermano es tu enemigo.
Que la familia no importa.
Que la promiscuidad es buena.
Que la patria es el partido.
Que la democracia es cuestión de números.
Que la libertad es participar.
...
Que el aborto es la solución a tus miserias, morales o materiales.
No se puede aceptar tanto por tanto tiempo; la sociedad cubana de hoy tiene el deber de reconocerse, de aceptar que un proyecto comprado hace más de medio siglo no ha solucinado ninguna de las miserias iniciales que hoy han crecido exponencialmente. Porque además, justificar con una escolaridad ideologizada y el acceso a un sistema de salud plagado de limitaciones morales y materiales lo que es Cuba hoy, no se lo cree ni el que cantó en la escalera.
No se trata de rebuscar entre estudios o mensajes sofisticados/enrevesados, la respuesta en una disyuntiva donde solo hay que buscar dentro, y aplicar el sentido común cuando ya no queda mas que una elección fundamental: vida/muerte. Y hay que elegir la vida.
Elegir la vida es elegir la libertad, la felicidad, la responsabilidad, el sacrificio. Por supuesto que nuestras elecciones condicionarán no solo un resultado de vida, sino una actitud ante la misma que redundará - si elegimos hacer lo correcto- , en un mejor ser humano, y una mejor sociedad con capacidad para cambiar un destino que hoy va cuesta abajo.
De eso se ha tratado siempre, de elegir. Hoy, a pesar de todos nuestros errores, tenemos la posibilidad de redimirnos, de encontrarnos, de renacer.
Elegid la vida!.
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