De premios, fanfarrias y declaraciones torticeras.

Traigo a la reflexión, lo ocurrido con relación a la organización por parte de Juventud LAC y la entrega del Premio Osvaldo Paya al Secretario General de la OEA Luis Almagro. Para no dejar lugar a dudas, y solo por esta ocasión, diré que fui el firmante 86 de los cientos de firmas que se recogieron en apoyo a la visita.

Si no fuese por las diferentes aristas, hubiese sido más directo en el titular: “Se acabaron los 15 minutos”. Así hubiese titulado esta historia, a mi parecer, se han agotado los 15 minutos de fama para todos; para LAC, para Almagro, para el MINREX, y para mí, lo más doloroso, para la causa de Cuba.

Hay que reconocer el esfuerzo de quienes han logrado organizar este evento; teniendo en cuenta la infiltración de la ponzoña castrista en la región, el nivel de agresividad que tienen los esbirros diseminados por Embajadas y consulados, amén de los ingentes recursos que destinan a estos menesteres; es para quitarse el sombrero.

Por otra parte tenemos al Sr Almagro, al que todos los cubanos que defendemos las libertades de nuestra tierra, debemos agradecerle su sensibilidad y su predisposición para con la causa de todos. Ha estado en el fondo y en las formas, mostrando un compromiso que salva en sí, la desfachatez que por años en forma de silencio cómplice ha tenido media América Latina con relación a los dolores de Cuba.

No olvidemos al MINREX con su declaración que cito en extracto: “…la intención del Secretario General de la OEA, Luis Almagro Lemes, de viajar a La Habana a fin de recibir un “premio” inventado por un grupúsculo ilegal anticubano…Tal vez algunos calcularon mal y pensaron que Cuba sacrificaría las esencias a las apariencias…actúan en contra de los intereses del pueblo cubano y del sistema político, económico y social que éste eligió libremente y ha defendido de forma heroica..” ; da asco, mejor no seguir.

Ahora tocan las preguntas: Y todo esto, para qué?.  Ha valido la pena tanto esfuerzo?. Se han invertido con eficacia tanta oportunidad mediática a la causa de la libertad?. En mi opinión, todo esto, más allá de protagonismos estériles, declaraciones abyectas y compromisos admirables, poco ha servido en términos prácticos a liberar a Cuba.

Porque ya al castrismo se le ha bloqueado militarmente, se le ha amenazado con bombas nucleares, se le ha expulsado de la OEA, se le han congelado y retenidos fondos, se le ha denunciado y condenado por parte de medio mundo. Y?.

El pueblo cubano ha comprado el discurso siempre, por ignorancia o por desidia más que por compromiso pero lo ha comprado. Y así pasamos la Crisis de Octubre con baterías antiaéreas en El Nacional; y nos matamos en Girón; y echamos fuera a “los gusanos”; y vivimos la caída del Muro entre apagones y picadillo de soya; y hemos aguantado todo aquello porque somos un pueblo esclavizado por un sistema tiránico que hoy no ha sorprendido a nadie con lo de Almagro, porque eso de que Cuba está secuestrada por una tiranía, lo sabe todo el mundo.

La causa de Cuba, la de sus derechos y libertades no se ganará con iniciativas personalistas, con visiones parciales del problema, con dilapidar recursos limitados que deberían aprovecharse con mayor eficacia.

Hoy, se necesitan muchos brazos para educar, para despertar al cubano, para aunar más que para proponer, y se ha de hacer o estaremos condenados. Por ello, cada cubano debe aprovechar cada espacio, cada foro, cada oportunidad para denunciar sí, pero para educar más, y para motivar mejor; pero no para sí sino para Cuba y la única iniciativa que nunca será esfuerzo baldío: la de la libertad.

Cuba reclama sus 15 minutos, démosle la oportunidad.