Sobreviviendo a la mediocridad.
Hoy me siento pesado, no precisamente
en términos de peso que pudiera ser mirando mi circunferencia
abdominal; tampoco en términos de carácter, que también la fama la
tengo ganada a pulso. Es otra cosa, es de esos días grises de los otoños
de Perales, que desconocí hasta que desanduve por las tierras que le
inspiraron a escribir este poema, en el tiempo en que los árboles se desnudan para soportar el invierno.
Miro a mi alrededor, y solo me llegan
vibraciones cuando menos distorsionantes de mi realidad circundante;
un mal karma, al decir de los que manejan este tipo de teorías
místicas. No es para menos, si queréis comprobarlo poned cualquier
canal informativo; comprobareis el grado de decepción que
experimentareis, antes de que aparezca la chica casi siempre guapa del
tiempo que intentará con su sonrisa, edulcorarnos la realidad.
Resulta que ha muerto Posada Carriles,
EPD para esa gran cubano que al igual que otros muchos donde incluyo
abuelos, tíos, y muchísimos conocidos de aquella generación que se han
ido sin ver alumbrar el sol de la libertad en Cuba. Por suerte al
menos, se fue con la satisfacción de ver el fin de su archi-enemigo,
y eso ya es una compensación a este tiempo de pena, que no logró
modificar a pesar de sus esfuerzos.
En España, la cosa no pinta bien, han
bajado a 5 que es decir al mínimo, la nota para acceder a la
universidad lo que equivale a decir que este es el país del premio
sin esfuerzo; de ahí que nos vaya como nos va. Lo siento por los
hijos que me faltan por sacar adelante en esta tierra de políticos
torpes de luces de aparcamiento, que quieren condenarlos a una vida
limitada en pro de la indecente idea de que igualdad es igual a
felicidad.
En Europa la cosa no pinta mejor; no
hay más que ver a esta suerte de limbo en el que vivimos mientras
aspiramos a ser los Estados Unidos Europeos; como la fiscalía
alemana, pide que el golpista Puigdemont sea extraditado a España,
mientras sus jueces se niegan siquiera a procesarlo por el delito que
solo un ciego que no quiera ver es capaz de ignorar. Aún hay algunos
que soñamos con una única Constitución, y un Banco Central al
estilo de la reserva federal americana; imagino que soñar es lo
único que nos queda, y total, no cuesta nada.
Allá tenemos a Zuckerberg diciendo que
lo han hecho mal, y que van a intentar poner remedio a su mounstrico;
mientras tanto, seguimos inundados de trolls, y la mar de personajes;
que siguen vertiendo su verborrea borreguil a través de su red, sin
que pueda yo tener un botón disponible para silenciarlos.
En Cuba, mi madre patria, la cosa no es
que haya cambiado mucho; allí no hay mucho más que retroceder en
términos de país. Eso sí, ha muerto uno de los tres que habían
sobrevivido al accidente aéreo; duele ver como la ausencia de
competencia, amparada en un sistema ruinoso puede ser tan destructiva; porque
aviones se caen en cualquier parte, pero en el mundo libre, cada cual escoge con que linea aérea se la juega.
En Cuba no, allí solo puede volarse en
cubana de aviación que para eso es el paraíso del igualitarismo; la
quinta esencia de lo que nunca hay que hacer si se quiere ser feliz.
Por desgracia lo del avión es solo una pincelada dentro de la tragedia en que se vive; donde ni los cubanos sometidos quieren despertar, ni los
irredentos quieren tampoco despertar a quienes esperan por ellos, y
que dudo lleguen a lograrlo por este camino donde cada cual quiere
hacerlo a su manera particular, sin darse cuenta que así no despierta
ni al vecino de al lado.
Mientras tanto, los pobres mortales que
vagamos sin tener grandes luces, confiados en que aparezcan esos
lideres que recuperarán para Dios el paraíso perdido aquel día de
manzanas y serpientes, seguimos esperando a que un milagro acaso,
pueda espantar los demonios de quienes encargados de conducirnos,- por
la inconsciencia de las mayorías-, les sea levantado el velo de
estupidez que les cubre, y que nos alcanza aunque nada hayamos hecho
para merecer tal atención.
Pensándolo bien, habrá que esperar
días mejores visto el ganado que se está contando; mientras tanto,
en días como el de hoy solo queda decir como aquel grande del rock:
It´s another day, for you and me, in paradise.
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