Entrevista.

Estimado Maestro, no quisiera comenzar esta entrevista sin agradecerle haberme permitido sacarle de su descanso eterno; solo por los momentos de incertidumbre, desesperanza, y confusión que viven Cuba y sus gentes, es que me animo a semejante atrevimiento, sé que sabrá usted disculparme.

-Porqué hemos demorado tanto Maestro, acaso no deseamos la libertad?

JM: El miedo no ha resuelto una situación que sólo podía resolver el valor. El amo insolente ha empleado en fortificarse los años que el siervo tímido empleaba en desunir sus huestes y en destruir sus fortalezas. Una jefatura de policía es nuestra patria, con un sargento atrevido a la cabeza.

-Si pero, tenemos líderes, hemos tenido iniciativas, propuestas para Cuba, y sin embargo...

JM: La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia. Servirse de sus dolores y entusiasmos en provecho propio, sería la mayor ignominia. Todo lo de la patria es propiedad común y  objeto libre e inalienable de la acción y el pensamiento de todo el que haya nacido en Cuba. La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.

-Entonces?

JM: Ya llegó Cuba, en su actual estado y problemas, al punto de entender de nuevo la incapacidad de una política conciliadora...mover un país, por pequeño que sea, es obra de gigantes. Y quien no se sienta gigante de amor, o de valor, o de pensamiento, o de paciencia, no debe emprenderla.... 

-Y como hacer para que cubanos de aquí y de allá entiendan, qué decirles?

JM: cuando el país llama, es necesario responderle, so pena de que olvide -con justicia- a los que no le responden... Quien piensa en sí, no ama la patria: y está el mal de los pueblos -por más que a veces se lo disimulen sutilmente- en los estorbos o prisas que el interés de sus representantes ponen al curso natural de los sucesos... tal como es admirable el que da su vida por servir a una gran idea, es abominable el que se vale de una gran idea para servir a sus esperanzas personales de gloria o de poder, aunque por ella exponga la vida...


-Pero, cómo separar el trigo de la paja?

JM: al que finja, blanqueando el corazón, aquella creencia en el remedio imposible que afloja las fuerzas indispensables para el remedio final; al que prefiere su bien inseguro, impuro, al servicio franco de la patria, o contribuye con su silencio y su favor, o con la hábil atenuación de sus censuras ostentosas, a prolongar, sin que el remordimiento le muerda, este descanso, ya temible, que el gobernante aprovecha, astuto, para quebrar los últimos huesos al pueblo enviciado, y beberle, con anuencia de los letrados, la última sangre; al que oculta a sabiendas la verdad, y promete lo que no cree, con labios prostituidos, y pretende demorar la obra sana de la indignación, como si la cólera de un pueblo fuera un dócil criado de mano, hasta que crezca su persona aspirante, o duerman las arcas a buen recaudo, a esos enemigos de la república, a esos aliados convictos del gobierno opresor, ¡ni honra ni respeto! 


-Dónde encontralo a Ud Maestro? 

JMCon los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar. 


-Un último mensaje? 


JMLas palmas son novias que esperan; y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas.


Gracias por todo, por tanto, gracias Maestro.



 

Comentarios

  1. Quien lea esto, por favor, relea una y otra vez las respuestas. Entienda las palabras del Apóstol. Después de más de 100 años están más vivas que nunca. Aprendamos la lección y pongamos la enseñanza en práctica.

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