De condecoraciones y otros demonios.

Publica el centro de narcosis del desgobierno cubano por boca de uno de sus anestesistas del Granma, una noticia de esas nauseabundas: "Condecoran a campesinos destacados". Resulta que "...un grupo de campesinos guantanameros con resultados sobresalientes en su labor, fueron condecorados por 10, 15, 20 o más años de trabajo, como el baracoense Federico Jiménez, por ejemplo, lleva 33 como económico de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Victoria de Girón, ubicada en la comunidad La Alegría...", bla bla bla.

No puedo realmente ponerme en la piel de estos canta-mañanas del Granma, tantos años de idioteces debe ser doloroso, entregar tu conciencia para convertirte en un papagayo del castrismo y llamarte periodista; en fin, en el pecado llevarás la penitencia, que se aguanten. La noticia desde luego invita a la reflexión; el campo cubano es la máxima expresión del descalabro del castrismo en Cuba; su definición más prístina: la libreta de racionamiento. Y es que racionar a quienes han vivido en una tierra fértil, que por siglos, alimentó y enriqueció a cuantos la trabajaron, es para pasar de puntillas en este tipo de temas, pero en fin, el castrismo es huérfano de vergüenza, y ahí están.

 Ahora el análisis; son de Guantánamo y llevan según refieren estos hijos de su padre - los de Granma digo-, de diez a veinte años sudando la camisa. Que curioso, Guantánamo es de Cuba, el lugar más atrasado en todo concepto; tanto, que Castro el occiso tuvo que hacer una ley para echarlos de sus predios porque tenían "infectada" La Habana, al punto de que exceptuando las fuerzas policiales, los "naguitos" llegaron a ser tan repudiados que Fabré tuvo que componerles una canción protesta que no ha impedido, ni que sus paisanos dejen de abandonar Guantánamo, ni que sean "repatriados" desde La Habana por las fuerzas del orden que mira tú, son... de Guantánamo.

Porque el desgobierno, y la ineficiencia/ineficacia del castro comunismo, se cebó con quienes más le ayudaron al inicio en su robo-lución verde como el mamey colorado, aquellos guajiros orientales a los que engañó, utilizó, y luego años después... desechó, confirmando lo que todo el mundo sabía menos nuestros abuelos, que aquello apestaba desde su raíz.

Hoy, son condecorados unos campesinos por no sé qué logros, realmente entre un campo con libreta de racionamiento, los caballos, cerdos, gallinas conviviendo dentro de los bohíos debido al saqueo sistemático, y la miseria de una dualidad monetaria que los afecta como a nadie, no sé realmente cómo se han dejado condecorar.

Tengo la certeza que la ignorancia no es sinónimo de inconsciencia, ahí tenemos a Hatuey, un indio sin ilustración que encendió la luz de Yara, ruego a la sangre de los héroes anónimos que han regado en el pasado esas tierras, para que la luz que ilumina a la estrella solitaria, despierte de una vez a ese pueblo cimarrón del Oriente de Cuba, y limpien  tantos años de afrentas, porque la historia que les antecede imagino que en algún momento reclamará, a esos, que hoy son condecorados con chapitas brillantes, y abofeteados con libretas de racionamiento, a zafarse las cadenas.

Ánimo.



 

 

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