A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Conocí al hoy agente Gerardo, en otros tiempos el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba de AL y AM en el Gran Templo allá por el año 2000. Hoy, todos los HHMM y todo el mundo masónico saben que esa rata no es más que un vulgar traidor asalariado del régimen, pero el día que entré a su despacho en el Gran Templo, para mí era el Gran Maestro. Me extrañó su ligereza a la hora de abordar el tema que le llevaba, al menos para mí era relevante ya que era un asunto relacionado con violaciones de los antiguos límites por parte del V:.M:. en mi Madre Logia, el venerable hijo de su madre así no lo vio, claro no hablaba yo con el G:.M:., hablaba con una rata castrista.

El castrismo se dedicó desde un inicio a desmontar los valores de la sociedad y las Instituciones que los sustentaban. La Masonería no quedaría al margen, era vital controlar a la escuela del librepensamiento que otrora, había alentado revoluciones. Así, mandaron incluir en las solicitudes de ingreso a las nuevas Instituciones comunistas el acápite: Vive Ud con algún masón o tiene masones en la familia?

Hasta los 90, la masonería en Cuba era un espacio de reuniones rutinarias de abuelos que desde una tozudez admirable, sostuvieron  las columnas del Ara durante los años obscuros. Recuerdo entré en el año 1994 y era con 24 años, el miembro más joven, el segundo tenía 55 años. Cuatro años después, a raíz de la visita del Papa Juan Pablo II y su apología de “no tengáis miedo”, los cubanos se atrevieron a regresar a las Iglesias, y a las logias también.

Las logias fueron penetradas para frustrar el librepensamiento como corriente social, representaba la antítesis de lo que tenían planeado para los cubanos,  la anulación de la conciencia y para lo que se emplearían a fondo, unas veces desde el miedo, otras desde la corrupción, u otras veces desde la manipulación, la desinformación.

Así me encontré con Logias donde no se discutía de moralidad, historia reciente de Cuba, donde no se combatía dialécticamente sobre la utilización malintencionada de los héroes y su legado por parte de las Instituciones; y todo ello, si querías debatirlo, había siempre aquel “buen hermano” que planteaba una cuestión de orden por afectar los antiguos limites.

Hay una necesidad de curar las heridas de una Institución que debe ser una luz en la Cuba obscura de hoy, los HHMM, los buenos, los convencidos de su condición, deben aceptar su misión de educar, de motivar, de ser proactivos en las logias y en la sociedad para despertar la conciencia ciudadana. No deben dejarse amedrentar ni confundir, forman parte de algo más grande que es la Masonería Universal que los sostiene, como los sostiene su historia, la de Céspedes y Agramonte.

Dijo Martí en “Tres Héroes”: …Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.

QQHH, hay que levantarse, ni un triste personajillo como Collera Vento,  ni la tiranía con toda su orquesta de peleles a sueldo, podrán destruir algo que es tan viejo como la humanidad, la necesidad natural del hombre de sentirse libre, de pensar libremente, de decidir su destino. A lamer las heridas y encontrar en los principios que nos sustentan, en la historia que nos alumbra, y en las cadenas que nos circundan, la fuerza necesaria para seguir, para educar, para ser protagonistas de la libertad que alumbra.

S:.F:.U:.
 

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