Tiempo de definiciones y no valen las caretas.

Este post solo lo he comenzado y ya se perfectamente que va a ser doloroso. Y no solo para mí sino para casi todos los cubanos que se atrevan a llegar al final de estas líneas que os garantizo llevan el espíritu martiano en ellas. Personalmente asumo la crítica como un ejercicio intelectual siempre bien intencionado, y aunque hasta mi compañera de viaje después de 27 años de camino compartido a veces me malentiende, nunca iré a por la dentellada despiadada, -aunque lo parezca a veces-, sino como el maestro, a borrar la mancha que obscurece la obra bella. Y todo este introito? porque hoy toca hablarle a mis compatriotas de coherencia y decencia, un bien escaso en esa isla de pesadillas en la que los castro convirtieron a Cuba, donde consiguiendo amaestrar a los cubanos han logrado que estos les muevan la cola da igual si les arrojan un trozo de carne o un hueso blanco. Pero no solo es eso lo lamentable, fuera igualmente muchos de mis paisanos teniendo la posibilidad de ser verdaderamente libres, siguen encadenados en una prisión mental que desde La Habana les controla las horas de sol.

Hubo un tiempo en el que miéntras los cubanos celebraban la intervención de la United Fruit Co y la Thelephone Co, castro el occiso con ayuda del "carnicero de Rosario" preparó las intervenciones de todos los negocios y el cambio del peso cubano en un fin de semana amparado en la confortable sombra bolchevique de quienes recibió 162 misiles nucleares en prenda, y aunque solo los custodiaría durante unos días en territorio cubano sus efectos "radiactivos" aún nos duran, -léase embargo financiero-. Entonces el iluminado de Birán no supo calcular bien, -que raro-, los efectos que a largo plazo tendría enemistarse a muerte con su vecino más cercano. Hoy es evidente que Cuba ha entrado en términos históricos en el desmoronamiento de un sistema que está obligado a desaparecer, pues replicar el comunismo chino requiere de 3 condicionantes: tener miles de millones de habitantes, recursos naturales incontables, y ser acreedor de los EEUU y esas cosas, son imposibles para una isla de 11 millones aunque nazca nuevamente, -estoy hablando en términos cósmicos-.

Ellos están intentando lo imposible por seguir con su represión y sus corruptelas que les permiten tener lujosas propiedades, cuentas millonarias en el extranjero, y toda la riqueza que a lo largo de seis décadas le han robado a quienes vienen escuchando que todo eso es "del pueblo cubano", aunque Liborio no es que haya salido fuera a vacacionar, sino que ni siquiera conoce las maravillas de Cuba que las han reservado para pedófilos y viejos verdes, amén de una sarta de empresarios sin escrúpulos que sabiendo que en Europa estos negocios son ilegales, aceptan en sus hoteles y empresas la subcontrata en bloque del personal cubano que como resultado ven sustraído del dinero que pagan los inversores a empresas como PALCO, el 92% del salario real del trabajador que para colmo agradece "trabajar en el sector inversor", pues frente al resto de millones de cubanos hambrientos y desesperados se siente un privilegiado. Y así las cosas, mientras los opositores dentro buscan desesperadamente llamar la atención del prójimo y los exiliados fuera intentamos motivarles, estos sin fe en unos ni en otros hacen lo que llevan haciendo décadas: ponerse la careta. 

Aún vive el familiar que me decía que no meara frente al ventilador. Él, integrado hasta niveles castrenses en el sistema era un privilegiado que con uniforme y todo, robaba todo lo que podía en tiempos en los que era un "don"; hoy mantenido desde fuera como muchos, sigue llevando la careta por hábito mientras celebra los dólares lo mismo que una votación en contra del embargo en la ONU. Esto se repite en la Cuba castrista porque los cubanos en su inmensa mayoría, decidieron desde hace mucho asumir una doble moral y no solo eso, sino que determinaron fuese el primer artículo que comprarían con el cupón de canastilla para alegría del poder corrupto y totalitario, que los ha hecho "a su imagen y semejanza".

Así pudo ese pueblo romper relaciones con quienes salieron por Camarioca o repudiar a los del Mariel, y luego de un tiempo cuando lo creyeron "oportuno" aquí no ha pasado nada. O cambiar los crucifijos por la chapilla "Fidel esta es tu casa", olvidando el Padre Nuestro que luego con el tiempo y la necesidad de Dios tornaron en un farfulleo sincrético, otra de las actitudes muy conveniente para el tirano que fomentó y avaló con tesis doctorales de ilusionistas, -llamados intelectuales-, que contribuyeron y siguen contribuyendo y mucho a la indecencia de los cubanos que hoy ignorantes por opción, prefieren esperar un milagro que los saque del atolladero, algo que ni se creen ni lo esperan eso sí, careta en mano aunque se trate de Dios.

Las loas a su desgobierno en desfiles y plazas las dan desde la tranquilidad de unos dólares enviados de fuera, cuando no conseguidos dentro a riesgo de que a quien aúpan, los mande a prisión por contrabando o acaparadores. Así las cosas las medicinas que tanto necesitan muchos de ellos para tener un cuerpo medianamente apuntalado, les llegan de amigos o familiares cuando no de donaciones pero ojo, no le digas que "su potencia médica" es un timo porque eso sí que no, y muchísimo menos demandárselo a quién debe proporcionárselas aunque a ti sí que te las pidan y no te permitan opinar sobre su desgracia de sistema.

Eso sí, comparten las fotos de la tele nueva o la casa comprada gracias al esfuerzo de quienes desde fuera le solucionan lo que su gobierno no puede que algunos justifican con una frase, que resume la falsa moral y que siempre escuché de niño: "fidel no sabe de estas cosas". Como la esclavitud del personal sanitario, que sale sonriente a buscar salidas y acepta el secuestro salarial y familiar con tal de ser tuertos en un país de ciegos, aunque muchísimos de ellos retenido y todo sus pasaportes, escapen a la primera dejando en la mesilla de noche junto al carnet del PCC la endiablada careta.

Hoy de esos once millones de cubanos atrapados dentro de esa gran cárcel llamada "Cuba castrista", son pocos descontando a los interesados del PCC que tengan justificación para la doble moral. Primero porque ya se sabe que no hay proyecto, ni un gobierno capaz de satisfacer ninguna demanda, ni una cortina de hierro que sostenga la indecencia de la manipulación mediática que por años sotuvieron y además, porque frente al sufrimiento de todos sin distinción por el hambre, los apagones, la insalubridad, y la mala atención sanitaria solo tienen a una mafia exigiéndoles más aguante desde una comodidad indecente, a la que solo les es medianamente posible aspirar si son mantenidos por sus familiares en el extranjero. Y pregunto yo: qué es lo que vale la pena en Cuba sostener como para que los cubanos mirando a sus padres y luego al mirar a sus hijos tengan el cuajo de seguir poniéndose una careta? 

La comunidad cubana exiliada, co-responsable de este esperpento no solo porque mira para otro lado con tal de no meterse en situación, sino porque porta en su gran mayoría el pasaporte de la indecencia debería replantearse su realidad, y reconocer el chantaje emocional en el que están para justificar lo injustificable y evitar un cambio de actitud. Pensar egoístamente solo traerá un sufrimiento sin fin para todos a uno y otro lado "del charco". Es este un momento histórico y aunque no lo creaís, todos estamos llamados a ser parte de él y renunciar a ello será un fardo más con el que cargaríamos en este camino de indignidad y renuncia, y ya sabeís perfectamente lo que pesa el arrepentimiento, o no?

Cubanos todos: la libertad está en cada uno, y solo se tiene verdaderamente cuando se es capaz de abrazar sin condicionamientos a la verdad y el amor, en su acepción humana más universal.

Dime si necesitas que vuelva a empezar.




 




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