Parásitos empedernidos.

Este post dedicado a los hermanos castro no podría haberse titulado mejor. Aquellos que teniendo el padre un latifundio nunca tiraron un palo al agua, porque el hermano mayor estaba en sus macarrerías universitarias mientras el menor estaba en sus mariconerías igualmente universitarias, -lo digo porque a Raúl lo delatan sus calzoncillos que según el guardia rural que lo descubrió: era cosa de maricones-. Acostumbrados a ser unos mantenidos de papá imagino que sería uno de los motivos por los que nada más terminar su guerra, en vez de remangar los brazos y llevar a Cuba a un nivel superior tal y como prometieron, la hundieron en la dependencia parásita de los soviets solo para seguir como hasta entonces. Así comenzaba la historia de estos helmintos, con la aceptación de unos misiles nucleares y el papel de vasallos de Krushev, un andar de seis décadas que nos ha traído a la Cuba de hoy, donde ni en dólares puros y duros puedes comprar lo que te plazca.

Durante su idilo con el chulo soviético castro se paseó por África y latinoamérica como una especie de mesías, venerado por todos los que sabiéndole administrador de la franquicia comunista en esta parte del mundo, sabían que cualquier guerrilla o movimiento a la izquierda para acceder a los rublos convertibles necesitaba primero de su visto bueno. Así iba a la ONU y lo aplaudían como focas en celo, sabiendo aquellos que desde el Kremlin vigilaban a ver quién quería quedarse sin la subvención. Treinta años de despropósitos y mala administración terminaron con el país caribeño endeudado hasta los 35 mil millones, sin que aquel imbécil hubiese siquiera terminado una autovía en condiciones o la segunda vía de un ferrocarril que aún hoy, rueda sobre traviesas de la época colonial en algunos de sus ramales.

Recuerdo que por el año 1985 la escuela al campo donde fuí para ser formado según el moldelo del hombre nuevo se llenó de carteles, como todas las carreteras cubanas, las estaciones de radio y televisión, y todo escondrijo que hubiese en términos comunicativos. Era una nueva cancioncilla nunca antes escuchada: la deuda externa es impagable e incobrable. No sabía entonces qué era eso aunque todo el profesorado, especialmente el negro de Historia y Marxismo se encargaría de enzalzar a su lumbrera, y explicarnos que Cuba era tan pero tan digna, que por moral "nuestro coma-andante" no iba a pagar la deuda externa que intentaría demostrarnos, estaba intrínsecamente conectada con aquellos españoles de carabelas y arcabuces. Con solo 15 años para mí aquello era intelegible, pero una cosa si me extrañó a punto de cuestionármelo al paso de las semanas: Qué deuda, no éramos del CAME donde todo se regalaba?

No sé los mayores si se harían la misma pregunta. Por entonces para mí lo único importante era sacar las notas y cualquier colina elevada a nivel del tronco anterior. Si entonces hubiese sido adulto habría hecho una sola pregunta: Pero a ver, es que hemos estado comerciando con el enemigo capitalista?

No sabía yo que desde antes ya, Fraga le enviaba a su paisano cubano los jamones y los vinos más exquisitos, y que aquellos celebraban la navidad y todo lo que entonces prohibian. Cómo no iban a tener deudas con el mundo capitalista, si el ociso gustaba de Rolex´s y cosas varias que no encontrabas en las tiendas de Moscú ni de Leningrado. 

Así ya por 1986 comenzaron a dejar de pagarle a España. Hoy acaban de enviar la discusión al Club de París porque Cuba que debe a España 2/3 del total de la deuda iberoamericana, no paga. Pero esperen que esto no es todo. Cuando frente a la tele una noche de 1995 en vivo y directo le preguntó un periodista japonés sobre las intenciones o no, de Cuba, -léase castro-, de pagar la deuda a Japón que estaba impagada desde 1984, recuerdo mi satisfacción de verle temblar ante la verdad incontestable, -como tembló cuando le preguntaron por su responsabilidad directa en el derribo de las avionetas de Hermanos al rescate-, y mientras detrás de él un desconocido entonces que luego sería el titular de exteriores se sacaba los mocos descaradamente ante el mundo, yo me partía de risa del ridículo que estaba haciendo aunque fuese este desgraciado el primer ciudadanos de la República de Cuba.

Lo rocambolesco del castrocomunismo, es que sus acciones por desprestigiarnos como país solo han ido a más. Resulta que ahora el gobierno de su amiga Kirchner va a pedir que les devuelban unos 2 700 millones de dólares de cuando yo estaba en pañales y biberón. Y es que así han ido a través de los años, parasitando economías y pidiéndole a todos, para encima ser malos pagadores logrando así que hoy nadie les fíe un duro. Y todo en un país que no tiene información veraz y cierta sobre su deuda, al punto que ni los de CEPAL han logrado convencerles de revelarlo por puro profesionalismo vamos. Eso sí, la deuda sea la que sea es 100% estatal, y como allí todo es de todos el día que nos libremos de la peste, el pato lo va a pagar ya saben ustedes quién.

Si digo que el desgobierno de la mafia castro-espín con su títere Díaz Canel a la cabeza están ya extinguiéndose, es porque la última vaca que les quedaba para chupar era Venezuela. Si alguna vez te has preguntado porqué a Maduro no lo han sacado de Miraflores si ha tenido hechas las maletas más de una vez, es porque la seguridad es castrista. Y les va la vida en ello. De Venezuela las garrapatas han sacado en 17 años más dinero que lo que le sacaron a su chulo bolchevique en 30: son unos 40 mil millones desde el 2000 hasta hoy según las estimaciones. Solo en petróleo, 1/3 de las ventas que dedicaron los venezolanos de Maduro al mercado internacional fueron a parar a Cuba, unos 18 mil millones en poco menos de 20 años. Pero claro, hoy Maduro está podrido y aquellos saben que ni aunque salga Biden tienen salvación, porque el "debe" que tienen es tan grande que solo si se robásen la reserva federal tendrían posibilidad de salvación.

Cuba en seis décadas de castrocomunismo dejó de ser émula en la producción de todo. Hoy solo hay miseria y escombros allí donde mires que te aconsejo lo hagas desde desde un "dron", porque si tomas la carretera central construída por Machado está tan estrecha de tantos años de abandono, que es un riesgo vital demasiado alto como para transitarla y comprobar lo que os digo que por otra parte es vox populi: Cuba se cae a pedazos.

Tengo la fortuna de saber el tratamiento para parásitos. A unos Mebendazol en dosis única y repetirla a los 7 días. A los otros, la recuperación de la conciencia nacional y la colaboración de todos los cubanos para exterminarlos.

A por la cura!





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