En el nombre del Padre...
Antes de que se vaya usted a predisponer con el título de este post, déjeme decirle que esto no va de religión... o sí porque estamos en un tiempo de adoradores de becerros y lo que es no debió ser, como lo hecho no hubiese sido si no fuese por este pos modernismo que nos tiene alienados más allá de todo lo alienable. Hoy mis hijos adolescentes tienen por referencia a un par de idiotas de Youtube que sin haber siquiera completado la enseñanza secundaria tienen millones de seguidores ellos incluidos, algo que espero corregir con paciencia en una guerra que libro silenciosamente contra unas hormonas díscolas.
Y es que en efecto, hoy vivimos como nunca bajo la norma Goebeliana de repetir y repetir mientras haya alguien que se lo crea, porque con la interconexión digital nadie sabe por dónde le entrará el “agua al coco”. Yo por ejemplo debido a la seriedad de las cosas que trato y la poca fortuna de que dispongo, mido mi influencia en años para desgracia de aquellos a los que espero influir, mientras por ejemplo mi enemigo pertrechado gracias a la extorsión de un pueblo entero, dispone de todos los recursos para ir repitiendo y repitiendo y aspirar a la supervivencia que no le arriendo, aunque se perfectamente que solo la fe me mantiene creyéndome capaz de vencerle gracias al concurso de otros muchos a los que por supuesto espero convencer prontamente.
Los castrocomunistas también tienen su credo, lo que pasa que este si usted los escucha y no los conoce puede llegar a ver en la arenga motivos reales como para adherirse a quienes a través de la extorsión, la manipulación y el engaño gracias a ilimitados recursos puestos en favor de la pervivencia de un relato sostenido con indecencia desde tierra, mar, y aire en términos comunicativos, nos tienen como nos tienen.
Si usted repasa Granma, -eso que ellos llaman el “órgano del PCC” y que yo lo considero la sala de anestesia de la conciencia cubana-, podrá comprobar que hay conceptos que son repetitivos en el ejército de anestesistas que lo componen. Yo me centraré en tres que son de esos imprescindibles de entender para lograr el exorcismo en los cubanos del relato torticero: solidaridad, bloqueo y multilateralismo.
La solidaridad: la quieren hasta patentar pues sueñan con convencer a los suecos, para que les den un premio Nobel a los esclavos de bata blanca por su "altruismo" desde tiempos del cagandante en jefe y sus "misiones" en África hasta este tiempo de COVID. Según la Real Academia de la lengua, la solidaridad es un "apoyo incondicional a intereses ajenos" y claro lo que no quieren reconocer los castristas es que no solo los suecos sino todo el mundo libre conoce del "altruismo comunista", que en África vació de recursos naturales y cuanto pudo a unos pueblos que vivieron en regímenes como el de Agostino Neto por ejemplo, más miserias y necesidades que cuando estaban de colonia portuguesa. Un altruismo pagado con rublos convertibles que buscó incondicionalmente el interés de mantener en órbita a un grupo como el NOAL al otro lado de la cortina de hierro. Vamos pura solidaridad que visto lo visto puede definirse: soli-rublidad. Luego del derrumbe llegó el nuevo amigo y "·reverdeció" la solidaridad castrista ahora bajo el seudonimo de soli-dolaridad, pues cada uno de los pasos dados por cubanos hacia el exterior en términos de "ayuda", lleva implícito un contrato en dólares con el increíble secuestro de más del 75% del salario del camarada solidario en cuestión.
El bloqueo: Ay ese bloqueo cacareado desde primeros de primaria en actos infantiles matutinos hasta las reuniones de los viejos chivatones del círculo de jubilados del PCC. El verdadero bloqueo que no reconocen fue el que en 1961 puso al borde de una confrontación nuclear a la humanidad. Todo por culpa de un insignificante mequetrefe con ínfulas de estadista que hipotecó para "su eternidad" el bienestar, la alegría y el futuro de los cubanos, al traerse al territorio nacional más de 160 misiles nucleares del enemigo jurado de su vecino "pared con pared". Hoy aspiran mediante la repetición de una mentira, -los cubanos lo poco que comen viene de EEUU y para un estándar de mínimos no necesitamos comerciar con el imperio-, imponer su historia. Lo real y verdadero, es que el único bloqueo es el bloqueo comunista a un país que pasó de ser potencia regional, a pedigüeño universal porque Cuba gracias a estos está en bancarrota, por una opción que ya dura 61 años.
El multilateralismo: Ah sí, inventado conceptualmente por los ingleses alude básicamente, al trabajo conjunto de los países con independencia de intereses particulares que en el pasado llevaron la "unilateralidad" a guerras y desigualdades y que hoy gracias a este, la humanidad ha dado paso a algo conocido como globalización. Lo que pasa que en ninguno de los supuestos nadie defiende un multilateralismo al margen del respeto a los derechos y las libertades ciudadanas, -exceptuando a la Mogherini que definió al desgobierno cubano como una democracia de partido único-, porque el mundo busca la globalización de la libertad, la felicidad y la prosperidad de todos los habitantes. Hasta ahora a nadie, -apartando al camionero venezolano de Miraflores y el incestuoso huido de Bolivia-, he visto pedir la globalización del castrismo que es igual que pedir la globalización de la represión, el hambre y la frustración. Porque entonces si todos asumen el mundo desde la visión castrista, dónde vamos a exiliarnos? En Groenlandia?
Por más que repitan y repitan recuerden a Lincoln. No se puede engañar a todos todo el tiempo, y claro entre Goebles y el liberador de esclavos me quedo con el espíritu del hombre que forjó una nación, que hoy con sus manchas y todo es una referencia en términos de libertades y derechos. Y lo digo con conocimiento de causa.
Ahora lo único es ver como ganamos nuestro relato. Ánimo!
Comentarios
Publicar un comentario
Opine usted aquí; libre, y respetuosamente.