Entre col y col...lechugas.

Se han paseado por las calles "controladas" de La Habana unas chicas lechugas; lechugas sí. Como si del Macondo surrealista se tratase, llegan unas chicas desfasadas a la Cuba equivocada, imagino que a estas sweetes anima-listas las hubiésemos necesitado menos de lo primero y más de lo segundo.

Muchos compatriotas con quienes comparto ideales de libertad están indignados, y con razón, han proferido sapos y culebras contra el despótico régimen comunista; yo intentaré explicarles a estas chicas y a quienes no saben que es hoy Cuba, la naturaleza ignominiosa de su iniciativa, y el porqué de haber motivado tantas sensibilidades. Lo primero; decir que llegan tarde, o temprano según se mire.

Llegan tarde; podemos decir que con casi 60 años de retraso. Porque si quieren comprobar si hoy Cuba es un país comedor de carne, no hace falta ver los interesados y falsos indicadores del régimen. Si quieren comprobar estos datos y decidir si somos carnívoros o no, o en general los porcentajes de ingesta calórica hoy, solo tienen que ausentarse del Hotel y sentarse a la mesa de una familia cubana, o mirar la cara de nuestros ancianos, o medir a nuestros niños y comprobar los datos de un país que, si hace 60 años éramos segundos en la lista regional y grandes carnívoros - sostenido por unos campos pletóricos de cerdos, deambulando libres con marcas en las orejas, una legión de vacas y pollos de los que dábamos buena cuenta-, hoy somos grandes comedores... de mierda.

Llegan temprano; porque aunque hoy mis hermanos cubanos sobreviven y mitigan sus miserias gracias a una inventiva que haría sonrojar a los mejores Chef´s, y una ayuda solidaria que impide que regrese la "neuritis epidémica"; también os puedo asegurar queridas lechugas, que si bien hoy corréis peligro en las calles de La Habana por riesgo de ser devoradas; mañana, cuando el sol de las libertades alumbre en Cuba, y regrese la alegría a la mesa cubana, ese día podréis pasearos tranquilas. Nadie se atreverá a mordisquearles porque volveremos a ser carnívoros, y sin complejos.

Basta de tener que aceptar de un régimen que ha matado de hambre y tristeza a todo un pueblo, que encima se burle de él con idioteces como esta; porque a pesar de su capacidad de adaptación no entienden, no se merecen que hoy les paseen unas lechugas a las que ni siquiera tienen acceso, porque el desgobierno castrista hoy, en términos alimentarios, no puede garantizar ni lechugas.

Cubanos, a por la obra de todos, juntos hasta alumbrar un país libre y pletórico...de carnívoros.






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