Cubano, entre la fe y la apostasía.

Ha salido una declaración de unas asociaciones religiosas en Cuba condenando el embargo de EEUU. Son cuatro, Asociación Cultural Yoruba de Cuba, Federación de Espiritistas de La Habana, Consejo Supremo Asociación Abacuá de Cuba, y la Institución Religiosa Bantú de Cuba. Según la declaración: “Esta unilateral política debería ser desmontada por los propios Estados Unidos, de manera completa y sin pretender imponer condiciones a Cuba….Como religiosas y religiosos cubanos oramos por la paz, la unidad y la fraternidad entre todos los seres humanos, derecho universal que también se nos tiene bloqueado”.

Lo curioso es que esta declaración ha salido publicada en Granma, teniendo en cuenta que la religiosidad, en cualquiera de sus expresiones, ha sido perseguida en Cuba, como quien dice, “hasta el otro día” a través de todos los espacios en que los resortes del poder del comunismo están presentes, cabria preguntarse; si al exigirle estos religiosos derechos a los EEUU  habría que continuar el análisis, porque a nuestro juicio, está más claro que el agua; si acaso, lo único confuso a determinar sería, a cuánto asciende el montante cobrado, o en que especias han cobrado estos "venerables hombres de fe".

Sabemos el interés que desde el primer momento dedicó el proyecto castrista al capítulo religión. Fueron los religiosos expulsados e intervenidos sus colegios, enviados al UMAP, desterrados. Así mismo, fueron exterminadas las celebraciones religiosas, las procesiones, y todo ello sustituido por fiestas relacionadas con el despropósito castrista, siempre acompañadas de la correspondiente tergiversación histórica, y un ateísmo totalitario convenientemente respaldado por la mayoría.

Recuerdo la historia personal de un amigo al que, para cesarle en el centro de trabajo por volverse persona incomoda al régimen, le comunicaron que su puesto, de confianza, no era compatible con su situación, ya que él convivía con una persona contrarrevolucionaria que podía dañar a la revolución; la persona peligrosa de la que debía protegerse Castro: una tía abuela, que con más de ochenta años, y con una aterosclerosis militante, no abría la puerta a quien no contestase su pregunta: Ave Maria Purísima…?

La vivencia religiosa en Cuba, como la militancia comunista de los miembros del PCC, la afiliación de los jóvenes a la UJC, la participación popular masiva en marchas oficialistas premiadas con cerveza al final de la jornada, o como las declaraciones que frente a un medio pueda dar cualquier cubano de a pie, son parte de lo mismo; una cesión de los principios, los valores, la conciencia del cubano frente al dictador, en unos casos por miedo, en otros, el peor de todos, por un calculado y rastrero interés.

No te inclinarás ante ninguna imagen, ni las honrarás; porque yo soy Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que castigo la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Los judíos pronto olvidaron los Mandamientos,  Dios les dio cuarenta años de travesía en el desierto, entre serpientes y escorpiones.

A diferencia de los cubanos, los israelitas rectificaron, aceptaron a Yahveh como su Dios, y no hace mucho,  libraron la guerra de los seis días donde se enfrentaron a las potencias regionales y hasta hoy, defienden a costa de sudor y sangre, su “Muro de las Lamentaciones”; los cubanos?, bien gracias; no están ni se les esperan, búsquenlos entre cervezas aguadas, y editoriales del Granma.

A seguir la travesía….
 

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