Cuestión de enchufe.


Recuerdo que en Cuba usábamos una expresión para definir el enchufismo: sociolismo. Claro, ¿cómo íbamos a pensar de otra manera si aquello era socialismo o muerte? Lo que descubrí después viviendo otras vidas, es que en esta vida si hay un refrán verdadero sobre todos los demás es que el que tiene padrino… se bautiza. Y más en mi caso, que anduve literalmente hereje hasta los 33 por culpa de una diarrea inoportuna de mi aspirante a madrina, que me mantendría alejado de Dios mientras habité la isla de los horrores.
De ahí que, aunque después pude tener Padrino, ya fue tarde para enderezar la vida de esfuerzos que me ha tocado; máxime cuando mi madre si algo va a dejarme, es una predisposición a dolores de todo tipo por legado de unos huesos propensos a la artrosis temprana. 
Nacer con estrella o estrellado. Imagino que si hoy agradezco la vida que tengo es por coherencia cristiana, y porque además no me queda más remedio; sé que las circunstancias lo son todo, y pasa que muchas veces las más favorables pueden terminarte envileciendo o cuanto menos deshumanizándote, mientras las opuestas serán siempre si decides tomarlas por los cuernos, una oportunidad de redimirte. 
Hay una cosa buena en el mundo real, ese donde viven las gentes que salen cada día a ganar el pan de mil maneras, y en libertad; y es que te puede tocar “el gordo” en cualquier momento. Bien sea a nivel profesional, laboral o empresarial -en el más amplio sentido-, el perseverar en un camino bueno normalmente da sus frutos, aunque muchas veces no sea en términos puramente económicos.
Si bien el enchufismo seguirá existiendo, y aunque esos son “otros cantares”, hay que reconocer que en muchas ocasiones salen buenos enchufados a la escena que cooperan con el camino hacia una humanidad más humana; aunque a mí, entre mi reticente desconfianza hacia los poderosos o mi natural animadversión a lamer culos, siempre voy a preferir un Polo Montañez a un Amaury Pérez Vidal.
¿Y a Cuba? ¿Quién la salvará del despropósito que la asiste? ¿Los socio-listos que la desgobiernan desde hace sesenta años? No lo creo, si acaso seguirán exprimiéndola como hasta ahora, porque mientras quede una gota de sudor cubano por explotar estos mantendrán su rumbo hacia el abismo, al que por desgracia no acaban de llegar porque no van en línea recta sino al tun tun, de aquí para allá como los zombis. 
¿Serán acaso los enchufados a otras mieles, cosechadores de fondos libertarios solo en las formas? Lo dudo, a esos solo les importa una foto que garantice su “patriotismo irredento” que logran básicamente repartiendo a voluntad un trocito de la tarta salvadora, que es suficiente para que a su fiel hato de seguidores les baste para pedir para aquél, poco menos que la beatificación en el altar de Cuba.
Entonces solo quedan los estrellados. Los desheredados aquellos a los que un día unos vándalos les vendieron un viaje de felicidad por un mar azul antillano que después de todos estos años, se ha demostrado que realmente lo que compraron fue un viaje para pasear con Caronte por Estigia, mientras el Rey de los infiernos les espera irremediablemente.
No importa nacer estrellado. Con esfuerzo, tesón, y compromiso los cubanos que buscan un lugar de aspiraciones y sueños, pueden lograr cambiar la historia; solo tienen que ignorar a los enchufados que nunca llegarán, y enfrentarse a los socio-listos para reclamarles por todo este tiempo de despropósito, y abyección. Entonces entre todos, podrán re-enchufar a Cuba.

 Y guambán.


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