Patria o Muerte?... mejor Libertad.

La revolución de 1868 en Cuba podría catalogarse con muchos adjetivos. Por ejemplo, dignificadora, antiesclavista, burguesa y así, dependiendo del matiz que se pretenda cuestionar o resaltar caben muchos epítetos. Ahora conceptualmente hablando desde el punto de vista humano este levantamiento fue libertario y fratricida, ya que aquí se rebelaron los hijos contra sus padres pues estando excluidos del concepto y las prerrogativas de los "peninsulares", se alzaron en armas convencidos de que su condición "criolla" solo tenía una salida digna: la cubanidad. Un concepto que vendría a igualar la relación de todos los elementos del país que se encontraba bajo el imperio de la ley Española.

La composición de las huestes mambisas más allá de los mandos, fue básicamente un ejército de libertos y esclavos analfabetos o semianalfabetos que aun así, desde el convencimiento gracias a un sentido común y comunitario supieron ver la justificación de su adhesión a la causa libertaria en un par de razones que convirtieron en grito, y esgrimieron machete en mano frente a su enemigo: libertad o muerte!

Por entonces no cabían más opciones. Eran parias en su propio país buscando a brazo partido su "tierra prometida" que no sin un gran esfuerzo y el dolor del sacrificio de muchos héroes les sería dada en heredad en 1902. Y comenzó entonces la andadura de todos. A pesar de los defectos de un país recién nacido y haber arribado últimos al concierto de las repúblicas americanas, pusimos el empeño y no sin trabajo llegaríamos a ser émulos, prósperos, y un ejemplo a imitar por unos o razón para emigrar de otros. Nadie por entonces cuestionaba a sus compatriotas por ideas, gustos, color o sexo pues todos clasificábamos como cubanos y nuestros defectos no nos impedían dar pasos que muchos se empeñaban en repisar.

Pero llegó el tiempo de la indecencia en el que nos catalogaron, etiquetaron y compartimentaron en función de gustos musicales, religiosidad, filiaciones políticas o simpatías ideológicas e incluso, hasta por inclinaciones sexuales. Y con la "masa" apresada entre sus manos, la amoldaron de manera tal que una mayoría quedó sin voz propia lo que les permitió redefinir el concepto de cubano. Así se alzó por arte del engaño, la manipulación y la coacción, un país nuevo. Una patria oprobiosa donde la libertad fue excluida, en favor de un libertinaje programado, fiscalizado y administrado. Así surgió como consecuencia de los nuevos tiempos el nuevo grito: patria o muerte.

Han sido seis décadas en las que a los cubanos se les ha ofrecido un modelo de patria que es sinónimo de esclavitud y miseria. Bueno eso o la muerte, tal y como les enseñó el cagandante en jefe desde el minuto uno en el que consumó su traición al pueblo cubano que lo aupó al poder.

Valdría acaso hoy que los cubanos recordásemos nuestro grito de guerra primigenio, aquel que parió un país con todos, para decirles a las hienas que nos desgobiernan que no estamos dispuestos al suicidio colectivo. Porque hay una tercera opción frente al despropósito castrocomunista o la muerte: la libertad.

Libertad o muerte!


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