Un negocio llamado Cuba.

Desde que el mundo es mundo o casi, alguien descubrió que en eso de atesorar había una cosquillita placentera. Así surgieron y fueron incorporándose conceptos que reforzarían las relaciones de los hombres bajo la égida del poderoso caballero al que un día hace ya mucho, aquel dichoso griego le dio por acuñar.

Desde entonces y hasta hoy los seres humanos se han movido tras él. Yo confieso que fue durante muchos años mi objetivo central, hasta un día en el que viendo la barriga de un opositor cubano cosida cual saco de patatas gracias a una golpiza recibida en las mazmorras de la DSE, decidí en un acto de locura dejar mis afanes comerciales y abrazar la causa que sostengo desde entonces: la libertad de quienes habitan en la órbita de la tiranía castrocomunista.

Muchos han habido antes que yo en este camino de redención, y aun así me presté a sumarme al baile aunque hubiese llegado de último básicamente por una premisa que me avala para ello: soy hijo de esa tierra y mis derechos naturales equiparan en igualdad a mi entrada en escena, máxime cuando la escena es una algarabía con tintes cacofónicos en ciertos casos, que obligan a cualquier cubano bienintencionado a buscar caminos que hasta hoy y a 30 años del levantamiento de la cortina de hierro siguen cerrados a la libertad de Cuba, aunque desde el mismísimo 1959 hayamos puesto el cartel de "hombres trabajando". 

La historia está para ser contada por sus relatores, y no seré yo con mis limitaciones quien se atreva con ello. Prefiero ocuparme del hoy e intentar ojeando nuestro pasado reciente, encontrar ese hilo de Ariadna que un día hace no mucho, -me refiero a tiempos de Maleconazos y Concilios-, perdimos por nuestra necedad y afán de protagonismo, con la ayuda siempre detestable de la tiranía castrista.

Aquel tiempo de pruebas regresa. Entonces un pueblo sin salidas a su inenarrable realidad que solo quienes la vivimos somos capaces de entenderlo, sin prisas, -porque estábamos ya a cinco años del derrumbe del muro, pero sin pausa, -porque a pesar de todo hemos protestado desde el minuto uno-, salió disparado y en el Malecón de La Habana buscó su redención. Hoy los cubanos otra vez sin salida ni salidas, debemos afrontar que nuestra realidad debe ser transformada si queremos descansar de esa vida de miserias y frustración perpetua en la que nos encontramos todos, sin esperar ni apostar por nada que no sean nuestras propias fuerzas y soliviantarnos, frente a quienes están en minoría y sin una razón moral siquiera para sostenerse cuando llegue la ola redentora. 

Pero si hoy digo al pueblo cubano dentro que no tiene que esperar por alguien, es porque hoy Cuba es un negocio para muchos, y para otros tantos una fuente segura de ingresos mínimos. Pero porqué digo este dislate si hay voces a ambos lados que llegan hasta el grito por Cuba?. Si a uno y otro lado del charco hay muchos que llegan incluso a rasgarse las vestiduras, cómo es posible decir que el pueblo cubano no debe esperar por ellos?

La dinámica opositora cubana, hace mucho que pivota tras los fondos de ayuda al desarrollo eso que en english llaman "grants", pues el tiempo en que empresarios y amigos de Cuba daban generosamente a quienes desde la coherencia y el compromiso buscaban salidas aunque fuese a la fuerza y a plomazos terminó. Hubo un tiempo en el que el exilio significaba garantía y ascendencia, sobre un universo opositor que se sabía respaldado y era capaz de escuchar. Hoy hablan todos y de todo, sin que nadie escuche a nadie en realidad porque todos están mirando a quienes les garantizan sus empresas libertarias: Mr. Grant and Company (porque el problema va más allá del USAID).

Porque aunque Cuba, SA es un solo conglomerado, está formado por micro-empresas divididas en dos grandes filiales. La cubanoamericana y otras nomenclaturas, más cercanas a los respectivos contribuyentes y por tanto con mejores tratamientos porque al final todo queda en casa; la otra, la mestiza que es como una cenicienta incapaz de pelearse con la madrastra porque tiene minoría en el consejo de dirección, y nadie quiere quedarse fuera del plato. Dicen allí desde hace mucho que su objetivo empresarial es la libertad de Cuba, pero el objetivo no logran alcanzarlo aunque se esfuerzan o al menos eso dicen. Debido a la composición y propósitos debería estar constituida por capital cubano propiamente dicho para poder tener efectividad y libertad de acción, pero al estar "dolarizada" como la Argentina, es un grupo débil, inconexo e incapaz de tener buenos resultados, básicamente porque no hay empresa que funcione si sus elementos no están todos en función del resultado común que aquí brilla por su ausencia, porque cada uno ofrece un plan empresarial que es incapaz de conciliarlo con el de al lado, esencialmente porque mientras mantenga su proyecto tiene el acceso a su paga, produzca o no la empresa en sí misma para la que supuestamente colabora.

La libertad no necesita de empresarios ni de empresas que busquen dividendos. Nadie le pagó un céntimo al chino del tanque o a los millones de la cadena báltica, ni muchísimo menos a los alemanes que derrumbaron el muro de la indecencia. A los luchadores por la libertad no se les paga, porque la libertad amigos míos no hay dinero en el mundo que pueda comprarla.

Los cubanos que opositan a los grants y compañía deberían dejar de hacerlo, como el exilio cubano que se ha desentendido de sus hermanos en Cuba debería dejar de darles la espalda. Los primeros deberán aceptar que solo desde fuera podrán coordinarse porque están controlados, censurados y reprimidos como para intentar nada serio, y los segundos deberían recordar que José Martí llevó adelante su guerra necesaria con el concurso y esfuerzo personal de los exiliados cubanos. Así dejaríamos que nuestros amigos norteamericanos por ejemplo, puedan disponer de todos los recursos posibles para centrarse en lo que tienen que hacer: una ofensiva diplomática, judicial y mediática entre el mundo libre que comparte sus principios para que se sumen a la solidaridad por los cubanos y su libertad.

Y los cubanos? Deberíamos para merecer tal inestimable ayuda, armonizar los esfuerzos desde una plataforma que pueda conectar e interconectar a todos para sin que nadie deje a un lado cuestiones identitarias o programáticas, podamos ser verdaderamente útiles y necesarios de cara al pueblo cubano y sus aspiraciones de libertad, encontrando en los opositores dentro unos hermanos prestos a conciliar y arrimar hombro con hombro sin logotipos o medias tintas cuando pidan por Cuba, sabiéndose respaldados por millones y no de dólares, sino de almas cubanas que estarán con ellos aunque no estén porque el dolor es un dolor compartido.

Entonces los escucharán y se levantará el cubano castrificado, porque es imposible resistirse al llamado de la sangre que nos conecta a todos, libres o libertos, esclavos o sumisos. Y se levantará la conciencia dormida y las hienas marrulleras que nos desgobiernan saldrán en desbandada, sin saber que ya hay algunos juramentados a darles caza aunque estén en retirada.

Y si esto no fuese así, si lo que debería se no es, no importa cubano. No esperes entonces porque la levadura si es mala y no levanta la masa para cocer el pan de la libertad, recuerda que desde hace milenios el pueblo de Dios come el pan ázimo y ahí están, libres como nos parieron a todos desde el inicio de la Creación.

Y guambán. 




Comentarios

  1. MEJOR DESCRITO IMPOSIBLE. A ALGUIEN LE IMPORTA EL DOLOR DEL PUEBLO CUBANO Y MUCHOS LUCRAN CON ELLOS SIN UNA PUSCA DE SENTIMIENTOS Y HUMANIDAD. VIVA CUBA LIBRE DE OPORTUNISTAS Y DICTADORES.

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