Luchando contra el Alzheimer.

Hoy las naciones del mundo conmemoran el "Día mundial del Alzheimer". En mi condición de médico lidio cada día con pacientes que la cargan en esta España envejecida que a pesar de ello, quiere resistirse y se resiste a ser desmemoriada, aunque algunos muy interesados desde las esferas del poder político social-comunista por mencionar, así lo pretendan para poder dar pésames a asesinos o estrechar manos a delincuentes huídos sin tener que ruborizarse.

Es terrible dejar de ser. Y es que perder la memoria es en cierta forma perder la conciencia, algo pavoroso al menos para un servidor que prefiere quedarse ciego a volverse loco, como el tío Manolo al que por cagarse en la madre de Lázaro Peña en un momento de frustración al no haber alcanzado a comprar la rueda de bicicleta asignada por buen trabajador, sería conducido a las dependencias de la DSE de donde salió "majara" de tantos corrientazos que le dieron en la cabeza por seguir insistiendo en responder ya por rabia, a la pregunta del torturador sobre lo que había dicho: que me cago en la madre de Lázaro Peña.

Así que para conmemorar este día me daré un refrescante chapuzón en mis recuerdos y lo haré, porque he encontrado una tabla salarial que refleja los emolumentos de mis colegas cubanos de dentro y la verdad me han removido cosas imposibles de no compartir, sobre todo despues de constatar que desde los tiempos que estuve en la nómina del MNSAP hasta hoy y a pesar de haber transcurrido 18 años, los médicos en Cuba han pasado de ganar 14 dólares a los 44 dolares mensuales de hoy (64 USD para los más de lo más). Para quienes tengan dudas de los pesos cubanos que ganan, conviertan x 25, lo que pasa es que en un país donde en pesos cubanos no encuentras ni agua y una libra de secreto ibérico cuesta 44,50 dólares, vale tener la perspectiva de las cosas.

En 1994 salí del cascarón y me enviaron a Santa Marta, un poblado de Santa Cruz del Sur donde por 281 pesos debí enfrentarme a un sistema sin medios materiales de ningun tipo e intentar hacer  frente a las disímiles demandas de mis paisanos entonces, más que médico fungí de mago durante los dos largos años que duró mi odisea de médico de familia sin consulta ni consultorio. Luego ya de vuelta en la ciudad y después de haberle pagado mis estudios al sistema, así nos decían-, me dieron mi salario real que era nada más y nada menos que la flamante suma de 325 pesos, correspondientes con la jugosa suma de 13 dólares que en nuestro caso y casa al ser ambos médicos, ascendía el ingreso familiar a la increíble suma de 26 dólares al mes, aunque un par de zapatos en las TRD podías conseguirlo por unos 22 dólares, porque sigue valiendo tener la perspectiva.

Hoy mis colegas triplican lo que en mí día recibí por ser parte del "ejército de batas blancas". Entonces comenzaban a abrirse caminos al extranjero que para una oveja negra como yo sin carnet ni organización sindical que me representase eran inviables. Yo estaba condenado a la vía nacional a la que ya en 1997 había relegado a un segundo plano el día que fuí recibido por mi colega y esposa embarazada de 7 meses con licencia de maternidad llorando de hambre en la puerta de mi casa. Pero ellos a diferencia de mí entonces, careta en mano han aceptado contratos esclavizantes que les secuestran el 75% de sus pagas en el extranjero aunque estos tengan la sensación de ser privilegiados del sistema, lo digo por seguir insistiendo en la perspectiva.

No los culpo, como yo han antepuesto en la gran mayoría de los casos las urgencias familiares por delante, y aunque me hubiese gustado que se hubiesen puesto a hacer llaveritos y artesanía para turistas, tampoco hay turismo para tantos; además dudo, -recordando mis insistencias a que no fuesen a marchas y concentraciones cosa que desoían alegando la cerveza que esperaba después del "acto de reafirmación revolucionaria"-, que con la miseria extrema que obliga hoy a millones de cubanos a retorcérseles las tripas pensando en las tripas, mis colegas quieran renunciar a una esclavitud con comida, para pasarse al bando de los "esclavos sin pan".

El comunismo ama la pobreza porque le asegura una dependencia cierta. Pero no es solo la pobreza en términos económicos, sino la pobreza conceptual. Porque solo un pobre en espíritu puede permitir que lo utilicen de esta forma, que le secuestren salarios, pasaporte, familia y todo ello si lo denuncio es porque entendiendo sus motivaciones y realidades, aborrezco la falsedad de sus sonrisas banderita en mano en la escalerilla de un avión. Porque recuerdo como si fuese hoy cuando les decía: si tienes el imponderable de acudir, ten al menos la decencia de no sonreír.

A algunos se nos ha caído el pelo, otros han engordado hasta límites que nunca imaginamos entonces. Hoy gafas y canas adornan nuestros perfiles que con el advenimiento de las redes sociales, han hecho que los tenga cerca aunque ellos se mantengan unos distantes por opción o vergüenza, y otros leyéndome a escondidas en países remotos donde solo un médico cubano puede estar. Lo sé porque me lo dicen las estadísticas.

Pero aunque hoy haya afianzado mis posiciones anticastristas y ellos sigan evitándome, cuando quiero ofuscarme por verlos felizmente encadenados voy al pasado, y abro recuerdos que me muestran que el amor y la memoria es todo lo que se necesita para salvarse o salvarlos.

Maldito Alzheimer! 






 

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