El problema de la encrucijada.

Los cubanos que hablamos y sentimos los dolores de Cuba, con independencia de criterios sobre cuál camino tomar, cómo o qué hacer en términos de remedio, tenemos (al menos deberíamos tenerlo) una cosa clara: estamos ante una momento crucial de la historia. Aunque pasaré a explicar el porqué de esta afirmación es de recibo decir que cuando se llega a un momento crucial en el que imponderable e inevitablemente existen alternativas a su continuidad, es cuando llegamos a la segunda ecuación: la encrucijada.

Y como no hay nada más peligroso para el futuro de un país oprimido y necesitado de libertad, el que se junten la ecepcionalidad con la indecisión, es que me atrevo a traeros estas líneas.

Pongamos en contexto la situación actual de Cuba y su circunstancia. Intentaré explicarlo mezclando de aquí y allá, a fin de a manera de resumen, dejar expuesta la tremenda oportunidad que nos asiste, porque no les quepa la menor duda, el castrismo agoniza. No es una afirmación, es una convicción nacida de la interpretación de las señales, y que no son precisamente astrales.

La economía cubana está creciendo alrededor del 2% según las cifras, aunque todo indica teniendo en cuenta lo de las salchichas cada 3 meses, el precio del pescado o la carestía de algo tan vital como el agua que la cosa está peor, podríamos dar por buenas las cifras y aún así, sabemos que una economía como la cubana sin crecer a más del 5%, todas esas noticias que les venden a los cubanos en el noticiero, ni solucionan sus acuciantes problemas ni siquiera les permiten soñar con un “a lo mejor para el año que viene”, porque todo aquel que vive o ha vivido en Cuba sabe que el año que viene, será peor.

Por otra parte el segundón, más conocido como “la china” en el argot popular le queda lo que se dice media afeitada y con él, se irán los pocos que faltan por llegar para completar el sancocho que Satán cocina en su caldero. Si a eso  le sumamos que no hay conexión ideológica sino inercia en las generaciones de cubanos en edad de cambio, más la posibilidad de informarse más allá de los plátanos y patatas televisivas sobre Cuba y el mundo, podemos asegurar que se hace imposible la sugestión.

Enfrente, el gigante del norte está complicado, con una probable continuidad en la Casablanca de un inquilino que en la Florida entre el voto cubano y venezolano asegura sus puntos , y ya se sabe lo que determinan los votos del Estado del sol brillante. Y aunque se está importando comida y otras cosas de la canasta, la verdadera oportunidad por ahí para la castromafia de Díaz Canel y comparsa, sería acceder a créditos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o la propia banca americana; pero claro, aquellos todavía recuerdan aquello de “la deuda es impagable” y por demás, está el embargo todavía en pié, a Dios gracias.

En la región las cosas no van bien, por años recibieron el petroleo regalado de su amigo Chávez, hoy ni Chávez está, a Maburro le quedan 2 telediarios que se están grabando en Noruega y los rusos que son su principal “fiador” reclamarán su dinero por el petróleo que les están suministrando, y en el momento que empiecen a dejar de pagar…. A joderse. Que hoy el tavarich no funciona y volvernos a llenar de bases rusas no es negocio para el Kremlin mucho más interesado en el Oriente Medio que allí se puede rascar mientras que en Cuba lo único que pueden rascar es el culo que ofrecen los del politburó tropical con tal de que los sigan manteniendo.

Y ya que hemos llegado al reconocimiento de la ecepcionalidad, pasemos al segundo punto: la encrucijada.

Los opositores a la tiranía se encuentran hoy en la misma situación desde hace ya muchos  años. Desnortados, intoxicados, divididos, comprados, aislados o mixtos; si usted analiza a los grupos opositores cubanos podrá con un poco de información encasillarlo en alguno de esta clasificación.

No entraré en explicar características de unos u otros, aunque me duelan los desnortados, me de pena con los aislados o nauseas los que se han vendido, para mí lo único que ofrezco como verdad incontestable de cara a solucionar lo de la encrucijada es algo que nadie puede refutar si tuviesen la tentación de justificarse: la supervivencia castrista.

Hoy se trata de entender la inutilidad de unos y otros frente a la oportunidad histórica que se nos presenta. La idea de fragmentar solo es posible entenderla si aceptamos que es “made in DSE” porque a un cubano castrificado a través de generaciones con una ausencia de conciencia cívica y capacidad para auto-reconocerse como motor del cambio de su realidad, incluso para reconocer la realidad misma y con un pensamiento totalitario entrenado para mensajes apoteósicos solo podremos convencerle desde el totalitarismo libertario que si no, a tomar por saco.

Y ahí se los dejo que ya estáis bastante mayorcitos. Ánimo!