Cuestiones básicas y lógica matemática.


Tengo ahora mismo a Cuba en la pantalla de 15 pulgadas de mi portátil; vista así casi la desconozco pues, -ese país al que solo reconozco en mi onírica donde quiero preservarla libre de angustias y mordazas-, gracias a la represión sistemática de mis hermanos dentro que cada día compruebo al abrir mis cuentas de RRSS, me devuelve a la cruda realidad de un país atrapado a mas de seis mil kilómetros de mí. Y la impotencia unas veces o la frustración en otras son espantadas solo porque persevero por convicción en la idea de que será libre algún día; sé que no soy el único, en este sueño estamos muchos y yo, como cualquier otro de los muchos cubanos vamos buscando caminos de libertad.

Hay por suerte en este camino muchos y de variadas ascendencias. Después de un lustro de despropósitos de quienes vieron en la pobreza y las debilidades de una América latina desnortada, la oportunidad de medrar sobre las espaldas de humildes que vieron en el escarlata un color salvador cuando no fue más que un espejismo de su propia sangre; sangre que fue derramada y cobrada aquí y allá en nombre de una ideología con mas de cien millones de almas sacrificadas en el altar de la indecencia humana.

Poco a poco han ido buscando estos pueblos de nuestra América su salida a tamaña equivocación. Quedamos pocos atrapados en la orbita gravitatoria del esperpento comunista que castro el occiso tejió alrededor de los pueblos, para sentirse realizado en su egolatría esquizoide y de paso, chupar cual parásito la savia que siempre necesitó para construir su imperio de cieno.



Hoy Venezuela está lanzada a por su libertad. Los venezolanos en las calles cada día hacen resistencia a un sistema que reprime y controla sus vidas, desde unas enclenques estructuras de poder y corrupción de lo que queda del embaucador gobierno de Maburro, más la “fineza” que los órganos represores de la DSE castrista han desarrollado para controlar con miedo y represión a unos muchos cuando ellos realmente son pocos. Tal es la eficiencia castrista en esto de reprimir que, a pesar de estar en la calle cada día, tener un presidente interino reconocido por medio mundo, y las cuentas bloqueadas allá donde vayan, el régimen visiblemente en franca desaparición aun resiste la embestida de dignidad de todo un pueblo.

Allí en Venezuela el castrismo se juega su frágil modelo económico pues ya sabemos que el virus debido a la ausencia de ADN solo puede pervivir pegado a un huésped.

Ahora si en Venezuela se juegan su modelo económico, en Cuba se juegan su propia existencia que es lo mismo que decir su vida. Y allí la lucha que se nos plantea es a vida o muerte pues al menos los que pensamos como yo sabemos que la solución al problema de Cuba es la desaparición del castrismo con todo lo que lo contiene.

Y es ahí cuando viendo este mapa en poco menos de 15 pulgadas que contienen a mas de 114 mil kilómetros cuadrados, es que me doy cuenta de nuestra fragilidad como individuos, de lo poco que somos en singular y que frente a estructuras de poder y represión como el castrismo, sumándole las dificultades de movilidad y comunicación dentro de esa cárcel en que el castrismo ha convertido a mi patria; donde los cubanos no saben siquiera la batalla que se está librando en Venezuela gracias al control de la información y la verdad por parte de un sistema que los esclaviza y al que han ido en masa a refrendar hace pocos días es que hace que me pregunte: donde está la esperanza de libertad?

Porque si los cubanos en el orden de cientos de miles no han apoyado el esperpento castrista, también es cierto que en orden de millones desconocen que es ser un ciudadano. Porque si los opositores reclaman con dignidad los derechos de todos, sus gritos no se escuchan más allá del final de su cuadra y donde siquiera sus vecinos más cercanos con quienes conviven y comparten sus miserias, son capaces de salir en sus defensas.

Porque si el exilio está convencido de su papel de armador, de supervisor, de concientizador de la sociedad cubana, entonces porqué el mantenimiento del status quo de inoperancia e irrelevancia de sus acciones? O es que algunos creen liberar a Cuba con un puñado de valientes en la casa donde habita el mal, cuando todo un pueblo unido a unos miles de kilómetros le está costando zafarse de la influencia castrista?

La conciencia de ser una parte de un todo es lo único que nos salvará de la tragedia de sufrir el castrismo eternamente; la humildad de reconocernos incapaces de conseguir liberar a un pueblo sin el concurso de ese propio pueblo  nos dará perspectiva del camino a continuar sin lamentarnos de lo hecho hasta hoy, sino convencidos que solo la unidad y el civismo de todos dará con la fórmula que hoy buscan equivocada y aisladamente, algunos cubanos buenos perdidos entre las urgencias y el amor a su tierra.

Es tarde ya, los pueblos maduran y hay que hacer madurar a este pueblo aunque sea a golpe de dedo. De ahí mi coscorrón de hoy.

Libertad!






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