De dónde venimos? ... de la playa.

Siempre era igual, cuando organizábamos una excursión a la playa todo era fiesta, montábamos al camión o a la guagua con el ánimo por los cielos y la bulla propia de quienes eufóricos esperan ver el azul infinito; no había Dios que nos callase hasta llegar a sumergirnos en el mar y eso solo por pura necesidad existencial. Ahora bien, cuando tocaba regresar, después de todo un día mataperreando, nadando, bebiendo y guarachando, los 101 kilómetros desde la playa hasta Camagüey se nos hacían eternos. Entonces maldecíamos a nuestros paisanos que teniendo la villa de Velázques a la orilla del mar les dio por meterse tanto para adentro.

Y siempre estaba el chistoso que al vernos bajar ollas de presión y botellas vacías nos decía con una risa de oreja a oreja: de dónde vieneeeennnn…?

Se está acabando la fiesta del 24/02 en Cuba y pronto tocará hacer balance de lo acontecido. Normalmente evito los juicios a toro pasado, pero como todavía el toro a estas horas se está lidiando, y solo con el ánimo de hacer pedagogía deberá usted convenir conmigo amigo lector, que después de tanto YO VOTO SÍ-YO VOTO NO-YO NO VOTO conviene que lo miremos con la frialdad y la perspectiva que nos da la historia aunque esta sea historia viva pues acontece en lo que escribo estas líneas.

A esta hora, a más de seis mil kilómetros y con una televisión ajena a lo que pasa en Cuba, desconozco quién se estará declarando vencedor. Imagino con el conocimiento que tengo de los actores que hemos tomado parte en la justa, que serán todos.

El primero Díaz Canel, que podrá mostrarle al mundo las cifras de participación nada fáciles de emular en democracia por lo que sus homólogos de medio mundo estarán felicitándole o cuanto menos, evitando la crítica mientras en privado dirán: así cualquiera. El dice-presidente tendrá después de lo de la huida de Regla otra oportunidad, a fin de cuentas los castro-espín necesitan alguien como él, y no todos los días se encuentra un tonto útil y manejable a mano.

Los segundos los opositores que promovieron el ir a votar No. Estos que hasta observadores han enviado estarán contentos porque especularán acerca de la alta cifra de noes que no será la que dirá el canelo eventualmente y que a ellos les vale, básicamente porque necesitan justificar un error garrafal en política: entrar en el juego de tu adversario; porque claro, para algunos el problema en Cuba es político.

Luego estarán los que sostuvimos (vean que me incluyo)-, los del No acudir a la votación. Aún cuando no sé a esta hora las cifras, guiado por un principio Martiano que dice que cuando hay muchos hombres sin decoro otros cargan en sí el decoro de tantos y que en esos van miles de hombres, tengo la convicción de que esos si que han ganado aunque hayan sido los menos, porque aunque crea en la honestidad de quienes fueron torpemente a votar un No (muchos de ellos alentados por quienes equivocadamente decidieron esa posición)-, y pueda pensar que es digno; tengo la convicción de que en esos que en Cuba se quedaron al margen del circo, está la esperanza cierta de libertad.

Porque si acudir significó reconocer, ausentarse reafirmó en las mentes y las conciencias de esos cubanos su independencia, su capacidad de desconocer a quien te ha desconocido por decenios. Y ese amigo mío, es el primer paso a la libertad, la que habita en tú conciencia y sin la que el resto de libertades son imposibles.

Pero aunque nada halla cambiado para bien en la vida práctica del cubano, tengo la convicción de que estamos más cerca de lograr el consenso porque los hombres como la fruta, maduran a base de lluvias y soles. Por eso confío que a mis compatriotas el tiempo les dé la madurez necesaria para entender de que va esto de pelear por derechos y libertades, algo que repito desde hace mucho y que tiene que ver con conceptos inclusivos que son contrario a los excluyentes que hasta ahora enarbolan mis paisanos y hermanos en aspiraciones con una ceguera monumental.

Eso sí, espero que sea más temprano que tarde porque Díaz Canel está casado y tiene descendencia, así que ojo; miren al Kim el Coreano que ya van por la tercera generación, y ahí está ahora mismo tomándose un té con Trump en Hanoi tan ricamente aunque en Corea haya hasta campos de trabajo forzoso.

Y guambán.



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