Deuda impagable.
El pasado 2 de noviembre el presidente
venezolano, Nicolás Maduro, decretó el "refinanciamiento y
reestructuración de la deuda externa y de todos los pagos de
Venezuela". Según los entendidos en economía y cosas de estas
del capitalismo especulativo, Venezuela está prácticamente
en"default selectivo" por no atender un pago de US$200
millones correspondiente a dos emisiones de bonos cuyo período de
gracia expiró el 12 de noviembre, eso no es todo, otras cuatro
emisiones de bonos también presentan retrasos.
No es algo nuevo, los comunistas ya desde la URRS de Stalin, fracasaron porque no
supieron dar respuestas a los problemas
de no funcionamiento, la solución para aquellos que protestaban o se
quejaban, era el camino a Siberia, o peor aun... . Y es que esto me
suena de algo que viví en mi época de estudiante de bachillerato
cuando al extinto Castro le dio por aquello de: La deuda externa es
impagable e incobrable.
Era a toda hora la cancioncilla,
recuerdo que no era necesario estudiar historia o marxismo por
aquellos días ya que sabíamos que cualquier pregunta iría a parar
al mismo punto, la frasesita del coma-andante que en nuestro caso,
era repetida de manera gratuita, pero en el caso de las muchas
“adhesiones de personalidades y países amigos”, fue gracias al
trabajo siempre eficaz de sus fuerzas de la DSE que cuando no podían
comprar, chantajeaban a quien fuese, no contemos aquí la horda de ovejas latinoamericanas, esa siempre ha balado al compás.
Fueron ingentes cantidades del dinero
que el capitulo “bienestar ciudadano” nunca vio. Se dilapidaron
en tratar de vender aquel bluff allende los mares con cuanto desalmado
encontró, y en cuanto forum pudo abrirse puertas; al final tanto da
el cántaro a la fuente... y se rompió. Recuerdo que un día de mi
adolescencia temprana descubrí con sorpresa, imagino que junto a
millones de cubanos, que Cuba le debía a Japón; y claro, aquellos
aprovecharon una parada técnica del avión y a la primera de cambio
le espetaron: cuándo piensa Cuba pagarle la deuda a Japón?. Fue la
primera vez que lo vi humillado, disfruté como un enano, y nada me
lo hubiese impedido, aunque me hubieran explicado que el que debía
era yo.
Aquello acabo como todos sus planes,
para cuando llegó la hora de pedir dinero, y habiéndole retirado
Rusia el consolador que le tenían enchufado; todos a los que fue a
pedirles le dijeron lo mismo: a ti?... si lo que quieras... pero cash.
Y llegó nuestra peor parte, lo que el
hijo de su madre quiso edulcorar como “periodo especial”,
intentando con ello, disfrazar su incapacidad, su inoperancia y su falta de
gestión; algo innombrable que cargó una vez más sobre las
espaldas nuestras. Si el mal fue nefasto, la cura fue peor, fué la època del petróleo emulsionado con agua, el picadillo de cascara de
plátano, y para mi el más humillante de los que recuerdo, escuchar a
una odontóloga en Radio Cadena Agramonte un día del año 1991,
explicar que la pasta de dientes no era necesaria: teníamos en casa
los dientes negros de lavarnos con pastillas de carbón.
Hoy, Venezuela, o lo que es lo mismo,
nuestros hermanos venezolanos están pasando su “periodo especial”,
ruego a Dios que ese pueblo no llegue a Chavitizarse como está
Castrificado el mío, porque entonces irán de plan en plan, de
nombre en nombre, como estamos los cubanos en estos últimos sesenta
años por nuestra dejadez, desfachatez, y nuestra cobardía.
Amigos venezolanos, no dejéis que os
cobre Maduro su deuda, que la pague su …. madre.
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