Carajos, no hay botón!


Hoy me han puesto al día con relación al desgobierno cubano y quiero razonar un par de cosas a fin de hacer resistencia en esos empeñados en la teoría Gobeliana sobre la mentira repetida, en su afán de decir que Cuba es color de rosa cuando sabemos que aquello es negro como un agujero de esos.

Resulta que ahora, después de tantos años de 3 monedas circulando aquellos hijos de su puta madre lograron estabilizar el CUC y el CUP como circulante y que se han desgastado hasta la saciedad prometiéndole al cubano de a pie, ese que mendiga en las calles y no puede llegar ni siquiera al fin de semana con un sueldo miserable, si no capado (en el caso de los médicos milongueros, deportistas y trabajadores de la empresa inversora) sobre el proyecto que ya estaba al cantío de un gallo en lo de la moneda única, esa que iba a traerles la prosperidad de otros tiempos en los que Cuba era émula y los cubanos éramos felices con nuestros más y menos, pero dueños de un país a donde todos querían entrar; al menos hasta que llegaron estos y... aquí estamos.

La moneda única se ha ido al carajo. Me han dicho que ahora producto de la desesperación Díaz Canel ha pedido a los cubanos ser amables con los turistas, yo imagino que ya se lo habrá dicho a su mujer, -y si tiene hija de más de 15 igualmente-, para se sumen a cooperar con el esfuerzo del país. No imagino otra opción si tenemos en cuenta que ya el cubano que entrega el 93% de su salario en los hoteles y le sonríe con hambre al turista que exige un servicio que ni imagina en qué condiciones se lo dan no puede entregar más; solo falta entonces que la mujer de Díaz Canel y las del resto del Comité Central den el culo a los turistas e incluso hasta Mariela Castro, que debería por patriotismo, aparcar sus apetencias y cooperar en el empeño de recolección.

El otro asunto es el que ha motivado un análisis en relación con el desgobierno castrocomunista es las nuevas tiendas categoría C que van a aceptar libras, euros y dólares para que el cubano si quiere una plancha o una nevera vaya ahí de forma preferencial y lo compre, previo depósito en las arcas castristas de sus dineros y estos les cambiarán por un trozo de plástico que vaya usted a saber si funciona o si no le cobran comisiones en moneda fuerte por su mantenimiento. Hay que tener una desfachatez astronómica para después de tanto rapiñar, incluido el oro de nuestros cuellos y dedos hace años, ahora pretendan esto que no es más, que un reflejo de la desesperación en la que se encuentran. De ahí que todos los castristas edulcorados, los disfrazados de opositores y hasta los jubilados de la chivatería estén abogando por el fin del embargo financiero que es nuestra última esperanza de que la indecencia no se eternice.

Porque mientras tanto aspiro a que un día de estos, más temprano que tarde todos entendamos que aquello es irreformable, tóxico e incapaz de auto destruirse como si fuese una bomba, y que no es que no lo sea, solo que le falta el botón. De ahí el título de este post, porque si están esperando eso, muevan el culo y pongámonos a ello que no hay tal recurso.

Y poco más, ahí se los dejo.



Comentarios

  1. Si hay el botón. Existe hasta el camino para llegar a ese botón. El principal problema no es que haya miedo que no lo hay. Es que todos nos empecinamos en negar que existen el botón y el camino para llegar a él. Y este aspecto surge de algo muy fácil de entender: por regla general la gente que ve un problema muy grande delante y no sabe como resolverlo siempre piensa que no hay quien pueda resolverlo.
    Un ejemplo que hace muchos años yo usaba para hacerme entender en este punto. Usted visita el campo. Ve una montaña muy alta y escarpada, lo comenta con el campesino que vive al pie de esa montaña. Y éste le dice: "Esa loma no hay quien la suba porque yo vivo aquí hace 50 años y nunca he podido subirla".
    Un fuerte, patriótico y cubanísimo abrazo

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  2. Gracias, sabemos que todos los caminos conducen a la libertad, es cuestión de tomarlos a una con independencia de nuestras perspectivas.
    Un abrazo

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